Editorial

Cizaña, la planta que intoxica todo.

#InPerfecciones
Una cosa más a la lista de lo que es considerado “tóxico” y que quizás no sabíamos que era real.

 

 

Georgina Valez / @gini_friski
gvt3377@outlook.es

Existe una planta que surge de manera espontánea entre el trigo y lo contamina, sus semillas y la harina que provienen de ella es completamente tóxica, a nivel que es considerada maleza y no se recomienda su consumo ni a humanos ni a animales. 

Los evangelizadores del siglo IV utilizaban la comparación entre el trigo y la cizaña para ejemplificar la distinción entre el bien y el mal, a partir de este punto comenzó a darse esta connotación negativa a esta planta tan inoportuna como las personas a las que llamamos cizañosas, que también aparecen sin invitación a desatar conflictos, peleas y caos donde no hay razones para hacerlo o crecen un problema en vez de intentar solucionarlo. Simbólicamente es vinculada a cuestiones dañinas, y es evidente que su descripción sí es muy fácil de relacionar con la frase que conocemos de “meter cizaña”, aunque la original, que hace aún más sentido, es “sembrar cizaña”. 

A pesar de ser algo negativo, las personas que logran meter esta cizaña aún en donde aparentemente no cabe, son muy hábiles, no cualquiera puede tergiversar la verdad a su conveniencia o llenar de negatividad el ambiente utilizando solo palabras. En el libro “La cizaña”, publicado en 1970, Julio César toma la decisión de generar cizaña entre los habitantes de un poblado para volverlos vulnerables y que así el imperio romano pudiera someterlos, por lo que fue un hombre que tuvo la habilidad de conseguir que surgieran problemas para confrontar a las personas entre sí. Pero bueno, aún con esta historia, no está de más recordar que no somos plantas, y las palabras no pueden intoxicarnos, o al menos no realmente. 

 

#InPerfecto