#Cultura
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Jonatan Chávez
cultura@inperfecto.com.mx
Organización de las Naciones Unidas
A un año y cuatro meses de una pandemia que nadie esperaba, que nos ha cambiado la manera de ver la vida y hacer las cosas, en aras de salvaguardar la vida la humanidadvolcó la mirada hacia sus gobiernos para solicitar el derecho a la salud y en más de un caso se encontró con que ese derecho había sido privatizado y que en ningún momento le habían notificado que lo había perdido.
En palabras de Michael Levitt premio nobel de química 2013, ha dicho que uno de los efectos más difíciles de contrarrestar de todo esto será el confinamiento y es que, confinar según la ONU a más de 2500 millones personas en las principales ciudades del planeta puso de manifiesto la pérdida del más importante derecho, con el que nacemos, que forma parte de la declaración de los derechos universales de la misma organización: La libertad.
Para una sociedad como la que hoy enfrenta una crisis sanitaria producida por una pandemia con todas lo que implica, con repercusiones que aún ni siquiera sabemos las que tendrá en los años por venir, con el establecimiento del confinamiento global, -aleatorio y sujeto a modalidades en cada región- la humanidad se ha concientizado más que nunca que tiene derechos que no conocía, menos ejercía y desconocía por completo de las luchas para alcanzarlos, sin embargo, el encierro y el distanciamiento sea un ejercicio de para dimensionar la importancia que representa tener derechos.
Si bien, la intención no es enunciar la exigencia, solicitud de derechos, pero si es posible cuestionarse ¿por qué la gente exige algo que de facto por el simple hecho de ser persona tiene derecho? Las posibles respuestas están en preguntarse en qué momento los gobiernos de los países encargados de legislar han dejado de hacerlo para sus sociedades, pues si bien, su labor es trabajar para estas, porque entonces los integrantes de las sociedades toman la bandera de la lucha y toman las calles como lo hemos visto antes y durante la pandemia que aún no acaba-
Pareciera que estamos ante el juego del gato y el ratón, sin embargo, pensar en derechos y responsabilidades nos lleva a la ineludible condición humana ligada al ejercicio del poder que ha caracterizado a la evolución de la civilización humana, como una reiteración de la paradoja de una sociedad que acepta el establecimiento de códigos, leyes para su gobernabilidad, sin embargo, esto solo se vuelve un mecanismo de control y en elque no se ve reflejada toda la sociedad.
Luchar para alcanzar derechos ha sido un constructo social de uso constante, las luchas sociales han detonado revoluciones, derrocamientos, guerras, disoluciones de imperios, desmembramientos de países y entidades de gobierno, quienes ostentan el poder al concederlo grupos, comunidades, lo hacen privilegio y este al poseerse pone en desventaja al resto, ha sido sin duda un complejo y agotador camino que los libros de historia en el mundo tienen miles de capítulos.
Cuando se habla de derechos se debe ser cuidadoso, pues en la parte del hemisferio occidental que habitamos el devenir histórico que compartimos millones de personas, nos hace pensar que los derecho que en todo el mundo deben ser iguales, -lo que necesito, lo necesitan todos es un pensamiento que no necesariamente debe prevalecer- pensar así, es parte del ejercicio patriarcal y colonialista que predomina en nuestra cultura, no podemos olvidar las idiosincrasias, contextos de las diversas latitudes del planeta donde los procesos culturales distintos a occidente deben estar presentes antes de la emisión de algún tipo de opinión o postura.
Sin embargo, en algo que si pudiéramos estar de acuerdo es que como humanos, hay derechos que nos gustaría que toda la humanidad tuviese de facto, sin embargo, la condición humana nos vuelve a recordar que los derechos humanos aún son vulnerables y son objeto de la manipulación de los detentores del poder, entonces ¿qué se puede hacer?
Conocer a nuestras autoridades, códigos y leyes es necesario para saber dónde estamos parados respecto al tema, decimos tener una sociedad libre pensadora, democrática, sin embargo, hacemos uso de estas enunciaciones como frases hechas más que efectivas, esto no significa que nuestros derechos estén condicionados al conocimiento de nuestra legislatura, pues sin duda tenemos derecho a la información como el mismo a no hacer uso de ella.
Por otro lado, conocernos como individuos pertenecientes a una familia, comunidad, grupo, -nadie viene de la nada- somos la suma de procesos genéticos, históricos, culturales y sociales, reconocernos como personas con cualidades, gustos, preferencias, aptitudes, habilidades, virtudes, defectos y prejuicios, nos hace diferentes pero al mismo tiempo, integrantes de colectivos que comparten nuestras afinidades, por lo tanto, en el ejercicio pleno de nuestra libre expresión y del derecho que tenemos a hacerlo con la libre voluntad de ejercerlo, entonces los otros también lo tienen, nada nos coloca en una posición de superioridad para decidir si los demás tienen derecho o no, simplemente los derechos deben ser de todos, para todas las personas.
Respeto a las diferencias, lo que no es de mi gusto, no significa que sea incorrecto, negativo, carente de valor, a partir de la concientización de que todos somos diversos podemos combatir los prejuicios, pues estos del mismo modo que se construyen, pueden ser deconstruidos y eliminados, esto nos pondrá en una posición de mayor comprensión y apertura para reconocer y entender la complejidad y riqueza humana en todos los aspectos que la integran.
El devenir de la humanidad es de procesos, los cuales partimos, periodizamos, marcamos y conmemoramos con el afán de controlar el pasado, sin embargo, las acciones humanas obedecen a necesidades, situaciones y condiciones que la llevan a modificarlas, las luchas por los derechos son el ejemplo de esto, sin embargo, no solo se trata de entender, es necesario ejercer y llevar al terreno del dia a dia el libre ejercicio de los derechos de todos en un marco de respeto y total apertura, ya lo dijo el benemérito de las Américas: el derecho al respeto ajeno es la paz.