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Atrevámonos a politizar nuestras redes sociales

#InPerfecciones
Yo también fui defensora del famoso y peligroso “Cada quien” que es en realidad una excusa para justificar la indiferencia y la cobardía de mantenernos al margen de los dolores que el mundo padece.

 

 

Karla Soledad / @kasoledad
k28soledad@gmail.com

 

Hace un par de meses me vi envuelta en una discusión francamente desgastante con una compañera estadounidense en Instagram. Un par de días atrás la noticia de la alza en casos de agresión contra mujeres en Quintana Roo inundaba la conversación en redes sociales. Por un lado, el cuerpo de Karla fue encontrado mutilado en un carro de golf, convirtiéndose en el primer feminicidio en la historia (oficial) de Holbox. Por el otro Victoria, migrante salvadoreña, fue asesinada a causa de la brutalidad ejercida por policías de Cancún.

 

En redes sociales, diversos colectivos feministas criticaron la postura indiferente y el silencio de la sociedad mexicana ante estos hechos. Uno de sus principales señalamientos fue la incongruencia de los mexicanos al mostrar su apoyo al movimiento Black Lives Matter cuando ocurrió el asesinato de George Floyd a manos de la policía en Estados Unidos, en comparación con la indiferencia ante un hecho similar ocurrido en territorio mexicano.

 

Personalmente, estuve de acuerdo con la crítica de estos colectivos. Como una mujer que usa sus redes sociales para externar mi opinión sobre temas sociales desde el feminismo, compartí mi perspectiva. ¿Por qué empatizamos con  ciertas luchas e ignoramos otras? ¿Y por qué lo hacemos cuando los actos que denunciamos son los mismos en un caso que en el otro? ¿Por qué cuando se trata de violencia hacia las mujeres, además de la violencia misma, tenemos que luchar contra la indiferencia de quienes prefieren voltear hacia otro lado? ¿Por qué apoyamos el antirracismo en otro país y evitamos condenar la misoginia en el nuestro?

 

Después de compartir mi opinión en una serie de historias en Instagram, recibí el mensaje indignado de una mujer norteamericana que consideraba que el problema del racismo en Estados Unidos es mucho más grave que el de la violencia contra las mujeres en México. Sin embargo no fue eso lo que más me sorprendió y me decepcionó en su mensaje, sino que, para rematar, me dijo que las personas no están en la obligación de usar sus redes sociales para emitir opiniones políticas, y que yo estaba equivocada al juzgar a los demás por algo tan banal como su actividad en redes sociales.

 

Hace un tiempo yo misma solía defender que, efectivamente, cada persona tiene la libertad de elegir el uso que da a sus redes. Yo también fui defensora del famoso y peligroso “Cada quien” que es en realidad una excusa para justificar la indiferencia y la cobardía de mantenernos al margen de los dolores que el mundo padece.

 

Si las redes sociales son plataformas banales es porque en eso las hemos convertido. Tenemos el poder de transformar su narrativa y convertirlas en un espacio que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad, a practicar el activismo social y a conectar de manera más profunda con las demás personas. 

 

Para eso, primero debemos tener la valentía de adoptar una postura ante los temas que nos rodean y atrevernos a eliminar de nuestro vocabulario ese “Cada quien” que lanzamos cuando preferimos quedarnos callades y no opinar. Si no nos sentimos listes para emitir una opinión personal, un primer paso valioso es compartir los contenidos de aquellas cuentas con las que simpatizamos, y que hacen una gran labor de concientización.

 

Expresar nuestra opinión nunca es sencillo, mucho menos cuando pertenecemos a algún grupo o minoría que es objeto de discriminación, violencia o abuso. Expresar nuestra opinión significa exponernos ante los ojos de un mundo que en muchas ocasiones juzga, vulnera y ataca para preservar el orden establecido. Sí, a veces, expresarnos significa ponernos en riesgo. 

 

Es por ello que alzar la voz es una decisión valiente y revolucionaria. Es por ello que es tan importante atrevernos a usar algo tan cotidiano como las redes sociales para contribuir a las luchas que están transformando sociedades enteras. El mundo no necesita más de lo mismo. Atrevámonos a tomar partido, politizar nuestras posturas y usar nuestras redes para efectos más profundos que compartir fotos de nuestros desayunos de todos los días.

 

#Inperfecta

 

Fotografía de Mon de León

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