#InPerfecciones
Tiempo sin tiempo o tiempo vs tiempo
Alejandra Rivero / @a.n.dra._
rale1706@gmail.com
¿Qué es el tiempo? Dentro del imaginario colectivo el tiempo forma parte del reloj, unidades para medir: los días, horas, minutos, segundos, canciones, espera, el tiempo lento, rápido, el tempo y el compás. Sabemos como suena; el tictac de manecillas que poco a poco perdieron el sonido, entre pantallas planas y táctiles pasamos tiempo, tan lento. Nos derretimos cual velas en un sillón, cama, escritorio o espacio, todo pasa y al mismo tiempo, no pasa nada y bajo el calor del mismo nos sumergimos en su rigor. Este rigor que al mismo tiempo nos abraza; cuando las partidas no son esperadas. Se dice que unas cucharadas de tiempo alivian el corazón, el dolor emocional, mental y el cansancio que inevitablemente no dudamos en poner sobre nuestros hombros.
Podríamos decir que el tiempo sabe; a veces nos huele, a ese recuerdo de la crema que usaba la abuela antes de salir a misa, compartir el domingo. El aroma del último novio/novia que quedo unos días impregnado en las sabanas, el carro y en el perro. El tiempo sabe a helado de la primera cita, la última copa de vino que inauguro la semana de beber alcohol por las tardes. Las cervezas en la comida, el arroz de mamá, el mole de la abuela que se perdió en el tiempo.
¿Habitar el tiempo? ¿Qué hay dentro? ¿Qué hay en nuestros recuerdos? ¿Qué hay en este encierro? A veces me parece que tantas emociones me causan indigestión, llorando por la casa proclamándome la nueva versión de la llorona. El problema es que no hay problema, que corro para intentar alcanzar el tiempo que sentí que huyo de mí y entre más corro más lejano lo siento. Observo todos los días los arboles del jardín y el tiempo pasa por ellos, tan gentil que parece abrazarlos constantemente.
Y me pregunto si quiero huir del tiempo o de la idea del tiempo lineal: la idea del principio y el fin, esta idea que me alborota cuando no cumplo con los tiempos solicitados. Cuando voy atrás, cuando voy lento, cuando parece que estoy estática y todo dentro de mí quiere gritar. Cuando el cabello crece y no sabes cuánto tiempo pasó para volver a mirarlo sobre tus hombros, después de la última vez que creíste que sería una buena idea cambiar.
¿Cómo sentimos en tiempo? Pareciera que nos congelamos en un capítulo de alguna serie que parece no tener fin, en la infinita reproducción de imágenes, videos, series y películas. Marzo fue el mes que marco el principio de un cambio para el cual no estábamos preparados: urgencia sanitaria, cubre bocas, calles desiertas, perdidas inesperadas, violencia que parecía esta oculta, el tiempo se paró, lo que no ceso fue aquella violencia que ignorábamos, los carteles de desaparecidas en redes no dejan de circular. Los números de feminicidios no dejan de aumentar y las muertes por COVID. Pasa el tiempo y parece que pasamos del tiempo, nos sentamos en el privilegio y yo espero que en alguna otra realidad, un mundo paralelo, una nueva dimensión; esta impotencia ante la intolerancia y las formas de odio se congelen a partir del tiempo…
Mi nombres es Alejandra, y me gusta escribir cuando las ideas me revolotean, un gusto que me leas y me acompañes a la distancia cuando el tiempo nos apretuje la espalda.