#Arquitectura
Los primeros pobladores españoles llamaron a estas estructuras de adobe “pueblos” y rebautizaron a los zuñi igualmente como “pueblo” por la abundancia de estas viviendas en sus comunidades.
Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C
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John May ha realizado un trabajo extraordinario en su publicación “CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES”, continuemos con los “Edificios de Norteamérica” de ésta serie dedicada a “NUESTRO HOGAR, UN RECORRIDO POR EL MUNDO”, que no deja de sorprendernos. sigan con nosotros.
EDIFICIOS ESTILO SHAKER.
El estilo popular de los Shaker se ha convertido, con justicia, en motivo de admiración y orgullo. Este movimiento, llamado en un principio Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Venida de Cristo, fundado por Ann Lee en Mánchester en 1747, dio el salto a Estados Unidos y, a lo largo del siglo siguiente, los Shaker fundaron un total de diecinueve asentamientos que atrajeron a miles de fieles.
De acuerdo con el especialista en diseño, Roger Shepherd, “no existía un diseño arquitectónico propio de los Shaker, no había ninguna pauta escrita. Pero es indudable que el objetivo de sus edificios, basado en la particular doctrina religiosa de esta comunidad única, acabó transmitiéndose al diseño y la construcción”.
Las normas básicas que dictaban tanto las características de los edificios como de los interiores eran la sencillez y la versatilidad. Los Shaker fruncían el ceño ante cualquier tipo de ornamento y promovían las formas puras y limpias, totalmente funcionales y más económicas. Los interiores eran luminosos espacios, bien caldeados y limpios, despejados y serenos.
Al creer que Cristo era tanto hombre como mujer, las comunidades Shaker consideraban a ambos sexos por igual, aunque se mantenían separados. Eran célibes, por lo que los fieles se renovaban gracias a las conversiones y las adopciones. A medida que el movimiento fue creciendo, se empezaron a sistematizar los diseños de las comunidades.
En la calle principal se construía la casa de reunión, junto a los otros edificios comunitarios como la enfermería o la escuela. Detrás de ellos, y en paralelo, situaban las casas, las tiendas y los talleres.
Lo que propició el auge del estilo Shaker, fue que todos sus artesanos anónimos tenían la oportunidad de innovar siempre y cunado respetaran los principios básicos del grupo. “Esta liberad para experimentar en beneficio de todos fue lo que salvó la arquitectura Shaker de la plaga del institucionalismo y el estereotipo”, asegura Shepherd.
CASA DE ADOBE DE NUEVO MÉXICO.
La construcción de casas de adobe en Nuevo México data de muy antiguo, concretamente del periodo comprendido entre los años 700 y 1500 d. C., cuando los pueblos Anasazi, que hasta entonces habían vivido en casas semienterradas, empezaron a construir casas en la superficie de una sola planta a partir de capas de barro seco o piedras con mortero de adobe, sin ventanas y con cubierta plana.
Construían apiñados asentamientos de piedra y adobe, el más extenso de los cuales, situado en el cañón del Chaco, servía de hogar a unas 7,000 personas. A causa, muy probablemente, de motivos ecológicos la cultura Anasazi decayó hacia principios del siglo XIV y muchas de sus tribus se mudaron a zonas próximas al río Bravo, donde empezaron a construir viviendas más pequeñas con arena y arcilla endurecidas por el sol.
Los primeros pobladores españoles llamaron a estas estructuras de adobe “pueblos” y rebautizaron a los zuñi igualmente como “pueblo” por la abundancia de estas viviendas en sus comunidades. Una casa pueblo sencilla no era más que una estructura de troncos en la que se utilizaba como mortero el propio adobe. Más tarde los españoles enseñaron a los indios pueblo un método para dar forma de ladrillo al adobe.
Hacer estos ladrillos es sencillo: solo se necesita barro y una o una mezcla que lo contenga, el cual se deposita cuidadosamente en un molde de madera que se retira una vez el ladrillo se ha secado lo suficiente. Los ladrillos se levantan sobre un lado cuando están listos para que se complete el secado.
La palabra “adobe” (literalmente “ladrillo de barro”) se remonta al Egipto de hace 4,000 años; del árabe clásico pasó al mozárabe y de ahí al español. En años recientes se ha despertado un inusitado interés por las casas de adobe en Nuevo México y otros estados sureños de Estados Unidos por su eficiencia energética y empleo de materiales naturales. New México Earth Adobes, una de las adoberías más grandes del mundo, asegura haber vendido unos quince millones de ladrillos desde 1972.
FUENTE
CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES.
ARQUITECTURA POPULAR
PAGINAS 134, 135, 136, 137.
AUTOR: JOHN MAY
EDITORIAL: BLUME
PRIMERA EDICIÓN 2011
ISBN: 978-84-9801-523-2