#InPerfecciones
“Año nuevo, lucha nueva” -San Josemaría Escrivá.
Maikel Ansted Hoffmann / @AnstedM
maikel.ansted@inperfecto.com.mx / maikel.ansted.hoff@gmail.com
Cierto es que cuando comienza un nuevo año, nuestra costumbre consiste más que nada en desear felicidad y prosperidad a nuestros seres queridos. Deseamos que todos tengan esto o lo otro, pero muy pocas veces deseamos que sean felices; hemos confundido (fruto de la publicidad) el ser con el tener. Estamos en los primeros días del año 2021, histórico, por comenzar con una pandemia importante, y ya estamos pensando en lo que tendremos o dejaremos de tener, pero muy poco o nada pensamos en lo que somos y seremos.
Vivimos como si el poseer, el tener cosas, afectos, conocimientos y muchas otras cosas más, fuesen la razón última de nuestra existencia y al finalizar el año, nos damos cuenta de que esto es falso.
Según las predicciones económicas para este año, tal parece que será un año más de “austeridad”, más bien de una crisis impresionante. Por principio de cuentas los
salarios mínimos se han incrementado, ha subido la gasolina (que el jefe del ejecutivo prometió no subir en sus promesas de campaña), subieron las bebidas azucaradas y el tabaco. No quiero ponerme a discutir si estas medidas inflacionarias son correctas o no, lo que sí considero de interés para hacer un breve análisis, es la disyuntiva que se nos está planteando a través de dos problemas actuales: “tener o ser”.
Ya desde hace largo tiempo ha surgido la inquietud sobre el que tener no significa ser feliz; es más, se ha comprobado que mientras más se tiene menos feliz se es. Estos tiempos de austeridad pueden servirnos para, aparte de consumir menos a causa de la inflación, reflexionar sobre nuestra condición humana. Durante mucho tiempo hemos estado encadenados a un círculo vicioso fomentado por las grandes compañías, tanto de bienes como de servicios, en el sentido de seguir esta cadena: trabajar-consumir-trabajar. Si analizamos nuestra vida diaria caeremos en la cuenta de que no somos más que un eslabón en la cadena del consumismo. Trabajamos, ¿para qué? Simplemente para consumir. Cuando caigamos en la cuenta de este hecho podremos plantearnos la siguiente inquietud que surge como consecuencia de la primera: “¿Trabajo para ser o para tener?” En pocas palabras, ¿qué significa para mí trabajar?
Es costumbre también en cada año que comienza hacer determinados propósitos. La verdad yo no soy de esas personas, pero cada quién. Así, decimos: “este año dejaré de fumar o de beber, este año trabajaré más y ganaré más dinero, etc.” Podríamos este año tratar de ser un poco más originales y cambiar nuestra perspectiva. Pienso que está llegando un momento en que es de vital importancia dejar a un lado esos viejos esquemas tradicionales de la agonizante época industrial que nos impiden ser y, por el contrario, nos obligan al tener y al consumir. Esa vieja ecuación: “tanto tienes, tanto vales” debe dejar de ser ya nuestra motivación existencial; y, como conclusión a este primer artículo de 2021 me atrevo a lanzar una idea que iré desarrollando en otros artículos posteriores. Debemos iniciar a nivel local primero, y nacional después, una huelga de consumidores: dejar de consumir todo aquello que no sea necesario.
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Saludos, un abrazo virtual.
#YoMeQuedoEnCasa