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Juan O’Gorman, el artista. 

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Juan O’Gorman es reconocido por ser uno de los arquitectos más influyentes iniciando un nuevo movimiento arquitectónico, pero al igual es reconocido por su trabajo artístico, sobre todo el muralismo. 

 

Marto GoAg / @MartoGoAg
martogoageek@inperfecto.com.mx

 

Juan O’Gorman había adoptado un estilo arquitectónico funcionalista, sin embargo, con el paso del tiempo, adoptaría un nuevo estilo, llamado “orgánico” o “regionalista”, basándose en las obras de Antoni Gaudí y de Frank Lloyd.

 

Con esta nueva premisa, O’Gorman buscaba que la arquitectura fuese una conexión entre el ser humano y la naturaleza, abogando por respetar la geografía y la historia, siendo su proyecto clave en este momento su “casa-cueva” en San Jerónimo. 

 

Para Juan O’Gorman, la pintura era una actividad lúdica, pero con el paso del tiempo, pasó de ocupar solamente sus espacios de ocio a ser la ocupación habitual de O’Gorman, combinado elementos fantásticos y realistas, además de plasmar sus preocupaciones sociales y nacionalistas.

Dentro de la obra pictórica de O’Gorman se encuentra el Monumento fúnebre del capitalismo industrial (1943), La Ciudad de México (1949) y Autoretrato (1950). 

 

Sin embargo, los Murales pasarían a ser el punto clave de O’Gorman, con los cuales buscaría una comunicación directa con el pueblo mexicano, en donde destacan musales como Historia de la aviación (1937), Alegoría de las comunicaciones (1953), Cuauhtémoc redivivo (1959) y Retablo de la Independencia (1960-1961). 

 Sin embargo, su trabajo mas importante seria la Biblioteca Central de la UNAM, en donde Juan O’Gorman se encargaría de proyectar y dirigir la construcción de la Biblioteca Central entre 1949 y 1951, encargándose de cubrir completamente la fachada con un mural de cuatro mil metros cuadrados con fragmentos de piedra natural, en donde O’Gorman retrató el pasado prehispánico, la época colonial, el mundo contemporáneo, la UNAM y México actual. 

 

A pesar de ser un gran arquitecto, O’Gorman notó que se había convertido en un artista, por lo cual cerró su estudio como arquitecto y se dedicó de lleno al desarrollo de sus trabajo como artista plástico. 

 

En 1972, recibió el Premio Nacional de Artes por su aportación al arte, pintura y arquitectura. 

Sin embargo, su vida personal por otro lado fue un problema para él, ya que en palabras del mismo O’Gorman, después de la muerte de Frida Kahlo, el cayó en una fuerte depresión de la cual nunca salió, aunque en el mismo año en que falleció Kahlo, adoptó junto con su segunda esposa, Helen Fowler, a su única hija, María Elena O’Gorman, 

 

Además de la muerte de Kahlo, la demolición de su casa orgánica, la cual según la evidencia de su hija Bettina Cetto, fue la obra más importante de su vida, su depresión continuó, siendo tanto de qué 1970 a 1982 no volvió a pintar, ni a realizar ningún trabajo arquitectónico. 

 

Se sabe que debido a su depresión realizó una purga psicosomática en donde realizó un ayuno en donde solo bebía agua destilada y leía libros de Tolstoi. 

 

Desafortunadamente, él tomaría su vida el 18 de enero de 1982, en su casa funcionalista de San Ángel, a los 78 años de vida, dejando uno de los legados más grandes que como artista y arquitecto pudo tener. 

 

 

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