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Desde hace mucho tiempo se ha creído que Albert Einstein es el padre de la Bomba Atómica sin embargo ¿Que tan cierto es esto?
Marto GoAg / @MartoGoAg
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“No sé cómo será la III Guerra Mundial, pero sí la IV… con piedras y palos”
– Albert Einstein
Albert Einstein es quizás uno de los físicos más reconocidos a nivel mundial y esto se debe a que sus descubrimientos cambiaron el mundo, en especial la Teoría de la Relatividad, teoría que en palabras de Christophe Galfard, discípulo de Stephen Hawking, le dio forma al siglo XX.
Antes de Albert Einstein existían otros científicos y físicos que trataban de entender el mundo, pero fue él quien llegó con la teoría de la relatividad, la cual nos daría una ecuación indispensable para la vida humana, E=mc²,esta ecuación daría paso a un sinfín de nuevas teorías e investigaciones, dentro de las cuales se pudieron explicar hechos como la radioactividad, la razón por la cual las estrellas brillan, saber que todos los átomos que nos forman fueron creados como resultado de las estrellas, etc. Sin embargo, no todo fueron cosas buenas, si no que gracias a estos conceptos se entendió mejor el uso de la física nuclear, y por ende, las bombas atómicas pasaron de ser un pesadilla a la realidad.
Para muchos, Albert Einstein fue el creador, o mas bien padre de la Bomba nuclear, sin embargo, está comprobado que el no participó en la construcción de dichas armas, aunque eso no implica que el físico no esté libre de culpa, pues aunque se declarara un pacifista, es cierto que las guerras causaron estragos en el.
Albert Einstein era alemán, pero de origen judío, por lo cual él tuvo que abandonar Alemania en 1932, ya que vio que el nazismo iba tomando poder, huyendo a Estados Unidos, tomando incluso la nacionalidad de este país, pero una carta suya, cambiarían el destino de la guerra.
Es natural que en una guerra tan larga, y de esas proporciones necesitara de científicos dispuestos a crear armas temibles, y quien tuviera las mejores armas, serían los ganadores, un pensamiento sencillo, y todos los participantes de la guerra tenían a su disposición científicos que iban más allá de los límites de las armas comunes, por eso Albert Einstein envió una carta, en la cual advertía a los Estados Unidos, que Alemania tenía todo para fabricar bombas a gran escala, las primeras bombas atómicas.
La carta Einstein-Szilard, fue una carta escrita por Leó Szilárd, y firmada por Albert Einstein con destino al Presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, el 2 de agosto de 1939, y en dicha carta, tanto Szilárd, como Einstein, apoyados por físicos húngaros como Edward Teller y Eugene Wigner, advertían que Alemania estaba en condiciones para desarrollar Bombas atómicas, y sugirieron a Estados Unidos, empezar a desarrollar las suyas.
Si bien, la carta fue más trabajo de Szilárd, és innegable que Einstein firmó esa misiva, en donde se mostraba la importancia del uranio como fuente de energía para la bomba, que podría causar una reacción en cadena con un poder devastador, carta que respondería Roosevelt a Einstein en agradecimiento.
Con esta carta el gobierno de Estados Unidos empezaría a desarrollar un programa para poder crear esta bomba, conocido como el Proyecto Manhattan, y es más, el Ejército le negó a Einstein trabajar en este proyecto, debido a sus convicciones pacifistas, pero aquí en este proyecto con la dirección del físico nuclear Robert Oppenheimer logró diseñar dicha bomba.
Más tarde, Einstein trabajaría como asesor de la Agencia de Artillería de la Marina, pero no tuvo ningún conocimiento acerca de la bomba, ni tuvo influencia al momento de utilizarla, pero al ver su poder destructivo, según Linus Pauling, el físico lamentaría haber firmado la carta, ya que contribuyó al desarrollo de esta y a su uso en combate, y fue en 1947 que declaró para la revista Newsweek “Si yo hubiera sabido que los alemanes no tendrían éxito en el desarrollo de una bomba atómica, no habría hecho nada al respecto”.
Si bien el creador de la bomba, no fue Albert Einstein, es cierto que el tiene algo de culpa, puesto que gracias a sus contactos, su influencia y su nombra, el gobierno de los Estados Unidos pensó que podría ser una buena idea desarrollar dichas bombas.