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La fatídica vida de Frida Kahlo 

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Frida Kahlo tiene en su haber, mucho arte en donde se resalta temas como la soledad y el dolor pero ¿Porque expresaba esos sentimientos en su arte? 

 

Marto GoAg / @MartoGoAg
martogoageek@inperfecto.com.mx

 

La vida de Frida Kahlo es bastante triste al momento de analizar, ya que en la nota pasada vimos como ella sufrió de polio desde niña, sin embargo, uno de los sucesos que más marcarían su vida sucederían en su juventud.

 

Si bien existen algunas  contradicciones sobre donde estudió Frida antes de 1922, lo que es seguro es que en ese año entró a la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, en donde recién admitían a estudiantes del sexo femenino, en donde de 2 mil alumnos, solo 35 eran mujeres, pero a pesar de esto, se sabe que Frida perteneció a un colectivo conocido como “Los Cachuchas” por las gorras que usaban, en donde se encontraban Carmen Jaime, como la otra mujer en el grupo y Agustín Lira, José Gómez Robleda y Alejandro Gómez Arias, quien sería su novio. 

 

Este grupo se autodefinian como un grupo político, crítico de la autoridad y protestaban contra las injusticias, además de movilizarse por las reformas que existían en el sistema escolar, y por supuesto hacían bromas en la escuela, convirtiéndose en una época importante de Frida, en donde estaría constantemente en contacto con ideas progresistas y avanzadas para el momento. 

 

Frida era descrita por Gerardo Ochoa Sandy durante su juventud como una “muchacha jovial, rebelde durante las clases, de un lenguaje chispeante, diestra para ponerle motes a sus compañeros y traviesa”. 

 

Sin embargo, esta felicidad caería cuando el 17 de septiembre de 1925, el autobús en el cual viajaba Frida Kahlo fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y quedando completamente destruido. 

 

Frida Kahlo consiguió sobrevivir a este percance, sin embargo Ochoa Sandy escribió el estado de la artista después del choque, El pasamanos de metal atraviesa a la joven por la cadera, fracturando el hueso pélvico y sale por la vagina. La colisión le ocasiona además tres fracturas en la columna vertebral, una en la clavícula, en dos costillas, y le descoyunta el hombro derecho. La pierna derecha, la quejada por la poliomielitis, sufre once fracturas, más dislocación del pie. Fue el inicio de una tortuosa existencia desde el punto de vista físico, psicológico y emocional”. 

 

La medicina de ese tiempo orillo a Frida a Someterse a 32 intervenciones quirúrgicas, y permaneció más de tres meses en cama, y fue allí cuando descubrió su amor hacia las artes plásticas, ya que antes de esto, solo había trabajado con su padre y trabajar en un taller de grabado e imprenta con Fernando Fernández Domínguez. 

 

Debido a que estaba en cama y sin poder moverse para poder sanar, la pintura tuvo un lugar en su vida, y fue en septiembre de 1926 que pintó su primer autorretrato al óleo, el cual dedicó a Alejandro Gómez Arias, y decidió que en estas pinturas reflejarian los sucesos de su vida, y los sentimientos que estos le producían. 

Primer Autorretrato de Frida

Con el paso del tiempo, empezó a desarrollar su técnica, volviéndose más compleja, especializándose en los autorretratos, en donde gracias a su cercanía a los ambientes políticos, artísticos e intelectuales, logró aumentar el simbolismo de sus pinturas. 

 

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