#InPerfecciones
El triunfo del discurso que minimizó la contingencia encontró la brecha que necesitaba.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
La “Nueva Normalidad”, ¿qué tiene de nuevo? Nada en absoluto, hemos regresado al desorden, la irresponsabilidad y la misma dinámica que no nos hizo comprender que el interés por mantener al mínimo los afectos de la pandemia de COVID-19 debió basarse en una estrategia de salud fuerte y que involucrara a todos.
Si medidas como el confinamiento y el distanciamiento social no gozaron en su momento de coherencia y unidad, el resultado lo podemos ver reflejado en la forma tan laxa de asumir una Nueva Normalidad como un simple concepto oficial que lo único que da es luz verde para salir de manera desordenada a ejercer “nuestro derecho a gozar”, como ha sentenciado el Presidente en su decálogo de buenas intenciones, las mismas buenas intenciones que solamente desean buena suerte para quién en este tiempo de definiciones tome la decisión de cuidarse o no.
El mensaje oficial ha sido muy claro, y la responsabilidad ha sido trasladada al criterio de los ciudadanos, la coherencia en los mensajes ha sido desdeñada por la desesperación para reactivar la economía sin una estrategia sólida y por mantener una agenda política frente a las elecciones del año entrante.
Hablar de semáforos y medidas resulta estéril en este momento, si las autoridades no asumen su responsabilidad y todo se resume a tratar de ser felices ¿a quién le interesa respetar las medidas sanitarias si “lo peor de la pandemia ya pasó”?. El triunfo del discurso que minimizó la contingencia encontró la brecha que necesitaba para tener el eco necesario en la población civil que a partir de ahora se encuentra sola y a merced de los discursos oficialistas que solo mencionan que vamos muy bien pero que al final solo se convertirán en los números fatales de una pandemia que le vino como anillo al dedo a la instauración de una ideología que brilla por su ignorancia.
El Presidente, su grey, y toda la clase política que rinde pleitesía a la 4T se alimenta tres veces al día, goza de un sueldo muy por encima de todos, mantiene seguros en casa a su familiares, se ríen del dolor de los que llaman sus compatriotas, generar las mejores condiciones para el país no les interesa, la agenda política y conservar los privilegios que la mayoría les otorga los hace carcajearse sobre los muertos y desempleados que deja la pandemia y la crisis generada por un modelo victoriano de país en el que el dolor, la desesperación y la precariedad parecen formar parte de una pugna macabra.
Sin embargo, la critica para el gobierno es una cosa, los “psicópatas” con agenda política han existido más allá del periodo neoliberal y se heredan el poder entre familia, eso lo sabemos, la crítica debe ser hacia la ciudadanía que solamente se asume como un voto y no como factor de cambio, no, no están mal los psicópatas que se dicen políticos, sus intereses están muy bien definidos, la sociedad civil es la que está muy enferma, enferma de desinterés, enferma de flojera, enferma de ignorancia, por eso la 4T ha tiene el lugar que tiene.