Editorial

Desamor y otros trastornos mentales en los tiempos de Covid19

#InPerfecciones
El problema no es el número de personas, si no la necesidad de atención médica en hospitales y el uso de recursos de la terapia intensiva. 

 

 

Dr. Jaime Del Rio Chivardi / @Delrioj
editorial@inperfecto.com.mx

El mundo vive una de las epidemias más grandes de su época moderna. Otros eventos de este tipo no habían logrado reducir ni la convivencia, ni la comunicación, ni el contacto estrecho entre las personas. Es una realidad que nos ha alcanzado, las personas que logremos sobrevivir a este fenómeno no seremos nunca iguales. 

Hablamos de que existen mas de 3 millones de personas contagiadas y 200 mil muertes. Esta es la cifra oficial, pero es bien conocido que los casos confirmados son tan solo una decima parte de los casos circulantes, por lo que en el mundo debe haber más de 30 millones infectados y seguirán incrementándose.  

El problema no es el número de personas, si no la necesidad de atención médica en hospitales y el uso de recursos de la terapia intensiva. 

Del 20% al 30% de los pacientes requerirá este tipo de apoyo. Desafortunadamente el 5% del todos los pacientes infectados requerirán estar conectados a un ventilador y recibir una gran cantidad de medicamentos para salvarle la vida.  A pesar de estos esfuerzos la mitad se estos pacientes en estado crítico morirán.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  Quiero enfocar este artículo en tres vertientes, la primera es la de la sociedad, ¿cómo vemos y enfrentamos la pandemia? la segunda, ¿Qué es lo que vivimos y enfrentamos el personal de salud? y finalmente ¿Qué es lo que la autoridad hace o debería hacer? 

La salud mental del individuo, es una pieza fundamental en todo tipo y esquema de tratamiento. Está corroborado que un débil equilibrio emocional puede deprimir el sistema inmunológico y permitir la aparición de trastornos tan importantes como enfermedades autoinmunes o infecciones serias y hasta el desarrollo de neoplasias. 

En situaciones de la vida cotidiana, las personas entran y salen de una rutina, de un circulo de trabajo a un círculo de amigos o familiar. Pocas veces nos detenemos a pesar ¿Cómo esta nuestra psique? Y es que tenemos cantidad suficiente de distractores y mecanismos compensadores, que pocas veces nos damos cuenta que estamos deprimidos o ansiosos. 

Desde la llegada del Coronavirus a nuestras vidas, nos hemos tenido que confinar y vivir sin esas herramientas y/o distractores.  Adicionalmente la carga psicosocial es inmensamente mayor, las labores del hogar, pesadas de por sí, se hacen más y si contabas con la fortuna de que alguien te ayudara, ahora no esta presente.  Las constantes demandas de tu trabajo y la fata de un lugar tranquilo para realizar esta actividad en tu casa, sin que tus hijos te interrumpan o que les debas dedicar este tiempo dedicado al trabajo en casa, compartir el equipo de cómputo; saturan tu capacidad mental y tus fuerzas aminoran, se acaba la paciencia.

En los países orientales, específicamente en China, los reportes sobre trastornos de la conducta aumentaron. Por un lado, las solicitudes de divorcios se incrementaron de manera nunca antes vista en la provincia de           Xi-an. Quizá el motivo sea la convivencia entre las parejas por mas de un mes de encierro, lo que sacó a la luz los problemas no resueltos y las peores actitudes de cada individuo. 

En la población general, la ansiedad es el trastorno más reportado. De un grupo de pacientes estudiados, el género femenino, ser estudiante, tener síntomas sugestivos de Covid19 y una baja apreciación personal sobre su estado de salud, estaba directamente relacionado con los mayores niveles de ansiedad y depresión. 

Un dato muy impresionante es que 16.5% presentó depresión, 28.8% ansiedad y 8.1% estrés, todos en su forma moderado-grave. A pesar de no ser un número dominante, debemos considerar la gravedad del cuadro, no se trata de alteraciones leves, donde los pacientes hacen llevadero su padecimiento. Estamos hablando de ser socialmente disfuncionales. 

En nuestro confinamiento comenzamos a observar una serie de conductas y pensamientos poco habituales:

Temor y preocupación por la salud personal y de los seres queridos. Considero que es uno de los aspectos que mas nos afecta, la falta de control sobre la situación y la incertidumbre suman mucho para que los pacientes padezcan cualquiera de los trastornos comentados. 

Cambios en los patrones de sueño o alimentación. Insomnio o alteraciones en el ciclo sueño vigilia, es de lo primero que se afecta, es común encontrar personas en sus redes sociales a altas horas de la noche o madrugada, duermen por periodos cortos o durante el día. La perdida del apetito es habitual es una manifestación somática de un estado mental alterado, regularmente asociado con depresión. 

Alteraciones sociales y laborales. Las personas no pueden trabajar desde su casa, les es muy difícil concentrarse y su desempeño profesional se ve muy disminuido. Las relaciones interpersonales están seriamente afectadas, primero en el núcleo de la familia, las discusiones son mas frecuentes y subidas de tono, las cusas menos importantes. Se hace una transportación del estrés de los padres hacia los hijos, por lo que sufren del mismo mal, también pueden manifestar depresión. Pongan especial atención en los adolescentes, es un grupo muy vulnerable. 

Agravamiento de problemas de salud. Si por algún motivo padece de alguna enfermedad crónica, el descontrol de esta es evidente y el estado de salud muy disminuido. Es importante mantenerse sano o lo mas sano que se pueda, un paciente hipertenso descontrolado o un diabético en las mismas condiciones, son sujetos que tienen más riesgo que sus pares, con las mismas enfermedades, de sufrir Covid19 y fallecer. 

Aumento en el consumo de alcoholtabaco u otras drogas. Los fumadores forman parte de la estadística de mortalidad entre los pacientes con Covid19, incrementan en varias veces el riesgo de enfermar y morir. El consumo frecuente de alcohol puede generar un daño agudo a nivel hepático y en los casos graves de la infección por coronavirus el hígado es uno de los órganos de choque. Sabemos poco del efecto de otras drogas, pero sin duda potencializan los trastornos mentales de los que hemos estado hablando. 

¿Cómo podemos mitigar esta carga emocional? y ¿Cómo lograremos controlar y aminorar el daño?  

Se logró identificar que las personas que se ocupan del cuidado de su salud están menos afectadas, el empoderamiento de la información brinda tranquilidad, debe ser información seria y no de notas amarillistas, falsas o cifras de muertos. Me refiero a nuevos tratamientos, vacunas y mecanismos de control de la enfermedad.  El aislamiento social es malo, la personas que han decidido aislarse están más afectadas, el contacto con el mundo y con los seres queridos ayuda a mitigar los efectos del confinamiento. 

Educar a la población sobre el uso de mascarillas o cubrebocas, el lavado de manos y el uso de alcohol en gel, las medidas de distanciamiento social entre personas, la limpieza de casa, superficies y hasta el lavado de ropa, disminuye la carga emocional de la enfermedad. Generar en la población el sentimiento de combate a la enfermedad con acciones simples es una forma de mitigar la carga emocional y los trastornos.  Los que integramos el personal médico seguiremos dando información, real, confiable y sencilla de entender.

Establezca rutinas y cumpla de manera estricta los horarios; he visto, gratamente, que los niños han recibido de manera entusiasta las labores escolares. Hay que ayudar a fomentar horarios y hábitos de estudio.  Las rutinas sobre higiene personal y sueño no son menos importantes, establezca horarios para levantarse, hacer ejercicio, bañarse y alimentarse. Incluya distractores como lecturas, televisión, redes sociales. Busque la convivencia familiar, platique con su pareja y háganse sentir bien, sean pilar de la familia, cocine con sus hijos, juegue con ellos, fortalezca los hábitos ya practicados. No deje de buscar a sus familiares, padres abuelos y hermanos, hable con ellos, utilice las videoconferencias de mas de dos personas. Busque a sus amigos, apóyense entre ustedes, quizá tengan mayor nivel de entendimiento que su familia. El contacto social es una de las herramientas mas poderosas para enfrentar los trastornos relacionados con el encierro.  

Los médicos y personal de salud. 

Somos un grupo muy vulnerable, en países como Italia y España cerca del 15% de las personas que atienden pacientes con Covid19 fueron contagiados, no solo hablo del personal médico o de enfermería, también incluyo al servicio de limpieza, camilleros, administrativos.  Todos están en mayor o menor riesgo expuestos. 

Al final del día, todos formamos parte de una familia, salimos a diario a atender la pandemia y salvar a los pacientes que así lo requieran. Por nuestra cabeza pasa en todo momento sentimientos de desesperación por contagiarnos o de culpa si contagiamos a nuestros compañeros y seres amados.  “Vivimos al filo de la navaja”. 

 Estudios han arrojado que la carga emocional del personal sanitario es sumamente alta, largas jornadas laborales, riesgo al contagio, poco o nulo equipo de protección, cansancio crónico y separación de la familia, son algunos de los factores que ocasionan esta alteración.  El personal médico también sufre el resto de trastornos mencionados en el segmento anterior. El 70% está angustiado, más de la mitad (50.4%) presenta síntomas depresivos, 44.6% tiene ansiedad y más de una tercera parte (34%) sufre de insomnio.

A mayor grado de exposición a la enfermedad mayor el riesgo de padecer estos trastornos, un médico que está en la primera línea de atención tiene 52% más probabilidad de manifestar depresión, 57% de manifestar ansiedad y 60% de manifestar angustia, en relación a otro médico que esta menos expuesto. El insomnio es casi 300 veces más en este grupo. 

La carga emocional parece estar mas afectada en las mujeres, se cree que es por el cuidado de los niños, considerando que las madres están mayormente al pendiente de sus hijos que los hombres. 

Un hecho que no puedo pasar de largo son las constantes amenazas que la población civil ejerce sobre el personal de salud, es lamentable y detestable que las personas por las que sales a dar todo de ti, te agredan. Ahora debes ocultar tu profesión, quitarte el uniforme para evitar ser dañado. La ignorancia es la madre de todos los males, ejemplos tenemos muchos, cómo la supremacía aria. 

Debemos entonces, agregar este factor de presión social al estrés que ya tenemos todo el personal de salud. Es inaudito, en otros países aplauden y reconocen el esfuerzo de personal de salud. ¡¡¡Exigimos respeto!!! 

Los servicios de psiquiatría de los hospitales, en otros países, han implementado medidas para mitigar los síntomas del personal y mejorar su funcionamiento:    

Disminuir la jornada laboral, el personal de salud trabaja de manera mas eficiente si se disminuye las horas de trabajo y se emplean mecanismos para reducir el riesgo de contagio, cómo trabajar en días alternos o de forma semanal, siempre y cuándo la capacidad del nosocomio lo permita.  Adicionalmente estar adiestrando al staff de manera constante en el uso de los equipos de protección personal, el lavado de manos e información sobre la enfermedad.

Existe personal de apoyo que aprovecha los descansos del personal médico para platicar con ellos, disminuir su carga emocional, de manera especial en aquellos que están en las unidades de terapia intensiva.    

Los médicos sabemos que esto es un maratón y no una carrera rápida, qué debemos trabajar duro y movernos constantemente, debemos encontrar el ritmo.

¿Qué pasa con el gobierno? 

Las medidas de control de la enfermedad se están llevando a cabo, estamos en la fase de mayor transmisión, los casos se escuchan por miles. Es frecuente oír la pérdida de alguien conocido o cercano a un tercero, esta situación es la que nos lleva a los estados mentales alterados.  

En muchos países se están generando estrategias de mitigación para la población, en España se han creado programas en línea con actividades para niños, adultos y toda la familia. Afortunadamente es mas frecuente encontrase con links de visitas virtuales a museos, como el museo Del Prado o Louvre. Compañías sensibilizadas con este problema han abierto conciertos de grupos musicales de todos los géneros, obras de teatro de broadwey, muchos programas que eran de paga ahora son de libre acceso.  

El deporte no se ha quedado atrás, los gimnasios y tiendas de artículos deportivos están promocionando el entrenamiento en casa. Es muy importante decir que la participación de la sociedad es impresionante, cada quien aportando de su experiencia o expertis. Por ejemplo, las personas que dan recetas de cocina, las que se dedican al embellecimiento, los que dan consejos sobre meditación y control mental, las iglesias y las ceremonias religiosas, todo gracias a la facilidad de acceso a las redes sociales. 

A pesar de lo anterior y sin menospreciarlo, por el contrario, debemos agradecerlo y alentarlo, no veo que desde la oficina de la presidencia o de la secretaría de salud se dicten normas o programas para ayudar a combatir este importante problema de salud en la población.  Es cierto que el objetivo principal es salvaguardar la vida de los ciudadanos y entiendo que todos los esfuerzos están encaminados a este, pero considero que el presidente no trabaja solo, que existen otras secretarías de estado con personas a la cabeza que deberían de ser capaces de dictar este tipo de programas. Me pongo a pensar que la secretaria del bienestar, la comisión nacional de la cultura física y el deporte (CONADE), la secretaría de educación pública, la secretaría de cultura y muchas otras pueden hacer algo para salvaguardar la salud mental de los mexicanos. 

Falta mucho que aprender de esta pandemia, la única certeza por el momento es que va continuar el confinamiento y que las curvas de casos y defunciones aumentará y de manera proporcional al tiempo de encierro, la economía seguirá en picada. No conozco a nadie, de ningún estrato social, al que no le afecte mental y físicamente esto. 

 

Dr. Jaime Del Rio Chivardi
*Alergólogo, pediatra, profesor adjunto de la subespecialidad en alergia e inmunología clínica, UNAM. Clínica de alergia Polanco- Lomas, Hospital Español. 
- Tw @Delrioj , Fb @alergiapolancolomas ,  Inst. jaime_delrio