#InPerfecciones
El infructuoso esfuerzo por vender el avión presidencial que evidentemente representa un símbolo de lujo oneroso e insultante para la 4T y en específico para el Presidente.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
De todos los temas “incómodos” que se han tratado durante la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, uno brilla por la especial reticencia que le representa al jefe del ejecutivo, y es que todo lo que tiene que ver con aeronáutica ha sido causa de una serie de desaguisados en los que ha dado cátedra de ignorancia sobre el tema. La cancelación –vía consulta- del NAIM, la improvisación de Santa Lucía y el lujo de lujos que le representa el avión Presidencial –el que no tenía ni Obama-, son ejemplos dignos de revisar, sobre todo saber si dicha reticencia es parte de una postura ideológica o simplemente es un complejo de inferioridad por ocupar medios de transporte que le hacen sentir apocado como persona.
El afán por mantener una imagen de presidente austero o neo franciscano pone de a pechito al presidente para hacer el ridículo con montajes donde resulta fundamental mostrar lo extremadamente humilde de su proceder. Desde los trajes que medio le quedan, los zapatos sucios, las paradas de carretera a comer en algún tendajón, los viajes en clase turista, etc. forman parte de la construcción de un personaje que se fue perfeccionando a lo largo de 18 años de campaña para llegar al culmen del show mediático que se transmite todas las mañanas.
Lo cierto es que la política mexicana es un ejemplo de los extremismos más ridículos y escandalosos, vamos desde los lujos más faraónicos que insultan hasta los intentos por demostrar que efectivamente saben andar en huaraches como muchos, sin embargo, toda esa excentricidad no sirve de nada cuando la incapacidad para cumplir con lo prometido en campaña queda demostrado y se tiene que recurrir a la excusa que va desde la mala suerte hasta la suposición de sabotajes o el simple traslado de culpas para evadir las responsabilidades.
El infructuoso esfuerzo por vender el avión presidencial que evidentemente representa un símbolo de lujo oneroso e insultante para la 4T y en específico para el Presidente, se ha convertido en el herpes que va y viene cada que se toca el tema, y que tiene que ser contenido con el mismo discurso de la responsabilidad de las anteriores administraciones que vivieron a cuerpo de rey, sin embargo la imposibilidad de mantener el avión en Estados Unidos ha costado dinero y burlas que aumentan con el regreso de la “nave del insulto”.
Probablemente sea el momento de cambiar de estrategia para el Presidente y una de dos, o en definitiva controla sus complejos y termina usándolo o le da un giro al uso del avión haciéndolo muy popular llevando ayuda como medicinas, alimentos o pasajeros que requieran algún traslado, porque como van las cosas, entre más tiempo se mantenga sin volar, el avión José Maria Morelos y Pavón podría terminar en la chatarra como muchas de las implementaciones de gobierno que sugieren retroceso para el país.