Editorial

Nuestra adición a los “likes” y otros peligros 2.0

#InPerfecciones
O como nos estamos volviendo adictos a nuestra imagen en las redes.

 

 

Theo Laurendon
theo.laurendon@inperfecto.com.mx

 

 

En México, hay una población de más de 120 millones de habitantes, de los cuales, alrededor de 63 millones están conectados a internet y son usuarios de perfiles en alguna red social.
Se han vuelto una parte esencial de nuestra forma de comunicarnos, de trabajar pero también…de vernos a nosotros mismos.

Pues si bien nos facilitan la vida para muchas cosas, también el uso inconsciente de nuestras redes representa un real peligro, tanto por nuestra salud emocional y mental como por nuestra seguridad física.

El riesgo principal al nivel psicológico es que nos identifiquemos con la imagen que los demás tienen de nosotros en facebook, instagram etc. Nos desconectamos tanto de la realidad que empezamos a valorar mucho el número de likes que los demás ponen a nuestras fotos, los comentarios etc. Miramos si otros tienen más (la chica más delgada que tu, el chico con más influencia que tu etc.) y entramos en una permanente carrera para mantener una imagen (totalmente ficticia) y así tener la sensación de sentirnos queridos y valorados por los demás. Pero, obviamente, esto no funciona. Los pixeles de tu pantalla no pueden curar las cicatrices de tu corazón…

Otro riesgo es la pérdida del tiempo valido, este tiempo que todos tenemos contado y que más nos convendría a todos aprender a disfrutar con conciencia. Porque México ocupa el cuarto lugar en el mundo (después de Filipinas, Brasil y Argentina) con usuarios que más tiempo gastan en uso de redes sociales. El tiempo promedio de conexión por persona es de 5 horas y 36 minutos, 26 minutos al día, según datos de Amipci.
Y realmente…¿estamos si quiera prestando atención a lo que estamos mirando? ¿Y realmente necesitamos este uso de las redes? Y si nos dicen que tenemos cáncer y nos quedan 6 meses de vida…¿acaso seguiríamos perdiendo tanto tiempo en el mundo digital?

Otros riesgos no tan conocidos pero de igual (o mayor) importancia son los robos físicos, secuestros, robos de datos íntimos, y el cyberbullying.
Significa que si publicamos datos personales (la ubicación exacta, a través de la geolocalización, de donde nos tomamos el café cada viernes a las 6pm) o del interior de nuestra casa, nuestros horarios de trabajo etc, entonces estamos regalando gratuitamente a cualquier persona mal intencionada informaciones muy validas para atacarnos, robarnos etc. Este método está siendo muy usado en el mundo criminal.

Hay una urgente necesidad de aprender todos a usar de forma más consciente y responsable nuestras redes sociales, y enseñar ya a nuestros hijos a hacer lo mismo. Pues está creciendo cada vez más el tema del cyberbullying, es decir de que uno se vea insultado o presionado en las redes sociales, sin que los padres se den cuenta. Lo cual tiene efectos devastadores sobre el mundo emocional de nuestros hijos. Aprender y enseñar a no usar en exceso las redes, a configurar la privacidad para que no todo el mundo vea lo que publicamos, y publicar menos datos personales son algunas de las estrategias básicas que nos urge a todos practicar.

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