#Arquitectura
El interior de las poblaciones se caracteriza por un laberinto cuidadosamente planificado de callejas estrechas y sinuosas.
Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
John May ha realizado un trabajo extraordinario en su publicación “CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES”, continuemos en esta entrega conociendo éste gran trabajo, sobre edificios de Europa y Eurasia dentro de ésta serie dedicada a “NUESTRO HOGAR, UN RECORRIDO POR EL MUNDO”. Terminemos con Europa y Eurasia para que en la siguiente entrega del especial de Nuestro Hogar demos paso a los edificios de Asia.
EDIFICIOS DEL MEDITERRÁNEO Y ORIENTE PRÓXIMO
CASA-TORRE DE YEMEN
Las casas-torre son un tipo de edificación característico del sur se Arabia, tiene su origen en tiempos preislámicos y en el sur de Yemen, donde las luchas tribales propiciaron la creación de estas efectivas torres de defensa a partir de materiales locales. De allí se extendieron por todo el país y se convirtieron en una solución ideal para albergar a una extensa familia, ya que permitían añadir más pisos a medida que el núcleo familiar crecía.
La mayoría de las casas-torre tiene al menos cinco pisos de altura, aunque algunas llegan hasta los ocho o nueve. La disposición vertical muestra una transición ascendente entre espacios públicos y privados.
La distribución interna varía en el campo y la ciudad, pero todas las casas presentan igualmente peculiaridades. En zonas rurales, la planta baja, a excepción del vestíbulo, está reservada a los animales y a almacenar madera, fruta y grano, mientras que en las ciudades se destina a talleres y comercios.
La característica más destacada del primer piso es la sala de visitas rectangular (diwan). Al estilo yemení, tiene cojines en su perímetro, una alfombra en el centro y recibe la iluminación a través de las ventanas con postigos en la parte inferior (para ventilación) y vidrio de colores en la superior. El penúltimo piso alberga la cocina y una terraza: son el dominio principal de las mujeres de la casa, que, al acabar las labores del día, se relajan en la terraza de elevados muros de celosía.
El nivel superior acoge el mufraj , una sala de estar de uso privado reservada a los miembros de la familia e invitados especiales. Allí se reúnen los hombres por la tarde para charlar, fumaren sus pipas de agua, masticar hojas frescas de kat o escuchar música o poesía.
Los cimientos de las casas-torre son de piedra o tierra (arcilla secada al sol, bloques de barro o ladrillos refractarios). En las ciudades, la planta baja y la primera son de toba y los pisos superiores, de ladrillo refractario. Las fachadas suelen ser muy adornadas, al igual que las ventanas y las puertas.
CASAS DE JUNCOS
Durante milenios, la extensa zona de marismas creada por la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates ha sido habitada por el pueblo ma’dan, del sur de Iraq, conocido popularmente como <<árabes de las marismas>>. Viven en isla de Juncos sobre las que han construido toda suerte de edificaciones de juncos para distintos fines, entre ellos corrales, talleres, almacenes o viviendas.
El método de construcción empleado es un arte muy antiguo. Los fajos de juncos se encajan en los orificios paralelos dispuestos en la base de los juncos a una distancia de unos dos metros entre si y luego se doblan por la parte superior, para dar lugar a distintos tipos de arcos en forma de herradura. Estos últimos se unen a su vez con largos fajos de juncos colocados en paralelo y espaciados por los laterales.
En las esquinas se erigen cuatro haces de juncos verticales más altos (a veces troncos de palmera recubiertos de juncos), que sobresalen por encima de la línea del tejado. La estructura se forra con esteras de juncos densamente tejidas y las paredes se tapan con esteras de juncos más espaciados que permiten el paso del aire.
Los dos extremos se recubren por igual con un entramado abierto con una gran abertura central en uno de ellos. En el interior se emplean fajos de juncos para formar respaldos, camas, cunas y cestos, además de esteras con las que tapizar el suelo. Los pescadores, utilizan juncos para fabricar sus barcas y mástiles. Este material y sus productos elaborados con el también son objeto de comercio.
La base de estas edificaciones se pudre al cabo de siete a diez años, por lo que trascurrido ese tiempo el edificio se separa se aquella y se sigue utilizando durante un tiempo antes de abandonarse. Cada vez quedan menos edificaciones de juncos, ya que las marismas, y las gentes que las habitan, han sido diezmadas. Saddam Hussein construyó numerosas presas para drenarlas y lo consiguió: transformó grandes áreas de marismas en eriales encostrados de sal. Desde entonces se ha vuelto a inundar aproximadamente un 40% de las marismas.
La vida en las ciudades y los pueblos del desierto de Irán está expuesta al sol abrasador, y las permanentes tormentas de arena, los implacables vientos y la escasez de agua. Estas condiciones climatológicas extremas han condicionado toda la arquitectura y dado al lugar un estilo popular único, así como algunas innovaciones extraordinarias, como por ejemplo los ingeniosos sistemas de abastecimiento de agua subterráneos, llamados qanats, que todavía hoy siguen utilizándose.
El interior de las poblaciones se caracteriza por un laberinto cuidadosamente planificado de callejas estrechas y sinuosas, y un entramado de edificios elevados apiñados e interconectados, cerrados por los cuatro costados. De esta manera se evita que las tormentas de arena penetren en las ciudades, se reduce la fuerza del viento y se mantienen sombreadas las calles.
Los edificios destinados a vivienda son construcciones de adobe (el único material disponible) sin cocer con paredes muy gruesas que se elevan hasta los seis metros e incorporan cúpulas y tejados abovedados. Se construyen orientadas a este y los vientos dominantes. Dentro, el nivel de piso está algo por debajo del de la calle, y las zonas de día del primer piso se encuentran a unos tres o cuatro metros por encima.
Lograr que las casas fuesen habitables en todas las condiciones fue un reto para los primeros constructores, que carecían de los sistemas de calefacción y refrigeración actuales. Los gruesos muros resultan de utilidad en invierno porque absorben el calor y lo mantienen durante ocho horas para luego liberarlo durante la noche. En verano, el calor es absorbido es más problemático. Lo que condujo a inventar ingeniosos sistemas basados en trampillas (también conocidos como captadores de viento) conectados a conductos de ventilación y cisternas de agua.
El mejor exponente de esta arquitectura del desierto es la antigua ciudad de Yazd. No solo es una de las ciudades más grandes del mundo construidas casi enteramente de barro, sino que cuenta con una red de qanats más extensa existente y con un considerable número de impresionantes captadores de viento, entre ellos uno de los más altos y uno de los pocos de doble torre que hay en el mundo.
FUENTE
CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES.
ARQUITECTURA POPULAR
PAGINAS 78, 79, 80, 81, 82 Y 83
AUTOR: JOHN MAY
EDITORIAL: BLUME
PRIMERA EDICIÓN 2011
ISBN: 978-84-9801-523-2