Editorial

DERROCHE 

#InPerfecciones
Austeridad sería que el Presidente, Gobernadores, Diputados y Senadores sobrevivieran con dos salarios mínimos.

 


Carlos Rosas Cancino
/ @CarlosRosas_C 
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

 

El Presidente ha sentenciado que “ya no estamos en los tiempos del derroche”, además de haber hecho un llamado a los partidos políticos para devolver al menos el 50% de sus prerrogativas a la hacienda pública, una sentencia que se antoja coherente, incluso razonable, ¿quién en su sano juicio ante la tormenta económica no pensaría en reducir el gasto? Sin embargo, eso de que ya no estamos en los tiempos del derroche podemos dudarlo, porque nadie en el gobierno –empezando por el presidente- se ha ceñido a una política verdaderamente austera, porque ganar $108,000 pesos para los niveles en los que se encuentran los salarios en México no es precisamente austero, así como tampoco es austero que los diputados ganen $90,000 pesos, aunque su argumento sea que están trabajando por el país, pero ¿acaso un obrero cualquiera no lo hace tambien?.

 

Pedir que los partidos políticos gasten menos o que reciban menos recursos no es algo nuevo, de todos es sabido que si en este país alguien gasta a manos llenas es el gobierno y las parásitas organizaciones llamados partidos, es decir la familia política, de modo que hacer este llamado mientras el mismo presidente, gobernadores, diputados y senadores perciben un sueldo muy por encima de la mayoría para la que dicen trabajar resulta paradójico. ¿Cuánto merece ganar un político? ¿por qué un partido político debe gozar de los recursos emanados de la recaudación?, son preguntas que tampoco son nuevas, sin embargo siguen formando parte de todos y cada uno de los discursos mañaneros, de campaña, de entrevistas, etc. pero que en nada se ven reflejados en el abatimiento de la pobreza, ni en el bienestar tan “cacareado” por el Presidente, porque se nota la falta de sensibilidad sobre el encarecimiento de la vida en México.

 

En realidad la época del derroche no se ha terminado ni se terminará mientras toda esa familia de simuladores que brincan de un partido a otro para salvaguardar fuero y recursos no sepan lo que es vivir o sobrevivir con los miserables sueldos que se perciben en el país. Pero tampoco se terminará la época del derroche mientras el exceso discursivo alardee de estar “requetebién” mientras se alimenta la coyuntura política y social en medio de una severa brecha socio-económica, porque con tantos pobres en México que sobreviven con menos de dos dólares al día, cualquier “sueldazo” de político simulador se encuentra muy lejos de todo concepto de austeridad.

 

Suponiendo que los partidos políticos accedieran a devolver al menos el 50% de lo que la ley –que en su momento se aprobaron- les otorga en materia de recursos, el tema será en que se ocupará ese dinero. Desde luego que si la sospecha de que ese recurso se destinará a programas sociales sin resolver temas como la infraestructura en salud o educativa se vuelve realidad, la moralina del Presidente solamente será pura parafernalia demagógica. 

 

 #InPerfecto