#Arquitectura
…la teoría minimalista estimula una inédita relación entre la obra y el receptor desde el punto de vista de los mecanismos de la percepción…
Carlos Rosas C / @InPerfectoMx
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El “estilo minimalista” ha gozado de cierto estatus en el gusto de la gente, sin embargo ésta tendencia se conoce poco sobre sus orígenes y sobre su teoría, en esta ocasión vamos a descubrir de que se trata esta tendencia no solo de la arquitectura sino del arte en general.
“Si bien el funcionalismo fue la vía de escape para sacudirse el peso de la tradición, en la modernidad algunos aspectos como su condición de estilo internacional , que obviaba las características locales del solar como su topografía, su clima y las características socioculturales de sus moradores, fueron motivos que dispararon una gran crisis. Una vez acabada la modernidad, sus efectos continuaron repercutiendo en la forma de creación de muchos arquitectos”.
Sofía Cheviakoff.
MINIMALISMO. Una reflexión histórica.
Nueva York años sesenta: la supremacía americana se ha afianzado, en el ámbito artístico, con la difusión del expresionismo abstracto, y posteriormente el pop art, así como el denominado arte minimal, que basándose en el rechazo de las prácticas habituales de la composición pictórica trata de resucitar el contexto de la tradición artística europea. La cultura de la gran metrópoli construye ahora su propia modernidad y desafía los paradigmas del movimiento moderno como condición y límite.
En esta época, las nuevas tendencias del arte y de la arquitectura ponen de relieve la inviabilidad de las categorías artísticas tradicionales y la urgencia de establecer nuevas relaciones entre la teoría y la práctica en función de la importancia de la precepción del espectador. A partir de 1945, fecha adoptada para establecer una línea divisoria entre la época de la construcción de la vanguardia artística y la proliferación de las múltiples tendencias posvanguardistas, París pierde su capitalidad artística mientras que el modelo americano se impone en Europa. Prueba de este viraje es el Gran Premio de la Biennale de Venecia de 1964, otorgado al artista del pop art Robert Rauschenberg.
Hablar de arte, en el futuro, significará hablar del arte internacional y el arte norteamericano prestará a la cultura occidental su libertad ante el peso de la historia de las vanguardias, una modernidad siempre contradictoria y dogmática.
Asistimos, pues, a la confirmación de Estados Unidos como la potencia más rica y poderosa del mundo. La peculiar estructura de la sociedad americana, su organización social, su fuerte pragmatismo, su sistema de consumo y de mercado y su ritmo acelerado de acción, marcará, a partir de ahora, las pautas del comportamiento del arte occidental. Sin embargo, y a pesar del aspecto radical que adoptan las experiencias artísticas a partir de 1945, y en especial durante los años sesenta, no se puede hablar de una ruptura definitiva con las vanguardias históricas del periodo entreguerras.
Así vemos cómo los pintores del expresionismo abstracto se han alimentado del surrealismo europeo reinventando la abstracción, y artistas minimalistas como Donald Judd muestran la factibilidad de adscribirse al constructivismo y a la objetualidad dadaísta a partir de sus nuevos “objetos específicos”, de la misma manera que la arquitectura de Louis Kahn se independiza de los postulados de Mies van der Rohe y encuentra una personalidad magistral para la nueva arquitectura americana.
El arte americano de los sesenta confirma que los estilos formados treinta años antes tienen un desarrollo ulterior específico y propio en su contexto cultural. El tiempo de la asimilación ha pasado y el movimiento de vanguardia, que culminó en Europa entre 1920 y 1940, se ha convertido en un elemento imprescindible para gestar nuevos modelos teóricos que rehúyen su utopía pero asimilan sus investigaciones. El arte americano de los años sesenta abandera la crisis de la visión establecida de las cosas, y en este horizonte crítico, el espíritu del minimalismo, su investigación estética basada en la simplicidad formal y la evidencia de la estructura suponen uno de los catalizadores más importantes para la gestación y desarrollo de los principales episodios del arte y la arquitectura en las últimas décadas.
A partir de la segunda mitad de los sesenta, la teoría minimalista estimula una inédita relación entre la obra y el receptor desde el punto de vista de los mecanismos de la percepción, una relación que explora la tradición moderna y sus propios márgenes. Cada aportación artística y proyectual abrirá una nueva indagación sobre su propia materialidad y posibilidades de desmaterialización.
Las obras europeas de Vassily Kandinsky, Kazmir Malevich, o Piet Mondrian, como los proyectos de Walter Gropius, Mies van der Rohe o Le Corbusier, serán seminales en éste proceso de búsqueda de una nueva condición artística, ya que desvelan los aspectos mas puramente estructurales, formales, compositivos y conceptuales del nuevo arte. Presencia que tiene también su correspondencia, por ejemplo, con la literatura de James Joyce, la música de Arnold Schönberg o la filosofía de Ludwig Wittgenstein.
Los métodos de la vanguardia europea y la estética de la modernidad en arquitectura han marcado el carácter y el paisaje urbano de Nueva York. El estilo estricto y reductivo de Mies van der Rohe se ha convertido en el gusto arquitectónico predominante. El Seagram Building (1954-1958), que diseñó junto a Phillip Johnson en Park Avenue, con su fachada monocroma, es sin duda la última gran obra moderna y al mismo tiempo un punto de inflexión para la superación de dicha modernidad.
Muchos arquitectos se especializan en la imitación de ese estilo, mientras que otros, tránsfugas del denominado estilo internacional*, abordan otras ideologías constructivas que oscilan entre los métodos menos irracionales y los diseños salvajes, el redescubrimiento del clasicismo moderno o la posibilidad de concebir el edificio como una escultura. Frank Lloyd Wright facilita un nuevo modelo gracias a la revolucionaria forma en espiral del Guggenheim Museum de Nueva York (1956-1959), todo un símbolo de la cultura popular en la forma artística moderna.
* Con esta denominación “Estilo Internacional” se presentó en 1932 la exposición de arquitectura moderna en Museum of Modern Art de Nueva York.
La arquitectura y el arte de los últimos treinta años se han caracterizado por su amplio espíritu de investigación, que se ha abierto camino en sentidos incluso opuestos. El libro del arquitecto americano Robert Venturi, Complejidad y Contradicción en la arquitectura (1966), publicado al mismo tiempo que se producía la eclosión del pop art y el nacimiento del minimal art en Estados Unidos, es una clara muestra de la naciente sensibilidad posmoderna en su defensa de una arquitectura que permita la utilización conjunta de elementos aparentemente diferentes, una arquitectura compleja y contradictoria, inclusiva y convencional, ecléctica, llena de tensiones, ambigüedades y órdenes transgredidos. Su propia arquitectura recrea los principios compositivos del clasicismo más restrictivo introduciendo aditamentos del repertorio pop.
A mediados de la década de los sesenta se dieron una serie de circunstancias que propiciaron la gestación de un arte que hemos de considerar un fenómeno contrarrevolucionario en nuestra lectura de la historia como sucesión de revoluciones: el minimal art. Entre al arte conceptual y el pop art, el papel del minimalismo, las poéticas reductivas que promueve, no significa un revisión pura y estricta de la modernidad de la vanguardia, sino una nueva tentativa hacia los pasajes más allá del arte, hacia una fusión del arte.
A pesar de la diversidad de las obras minimalistas, es posible hallar algunas características comunes a todas ellas: abstracción total, máximo orden, neutralidad t antiilusionismo, empleo de formas elementales –presentadas a veces a través de sistemas modulares en serie-, mínima complejidad, uso de materiales industriales. ¿Nuevo nihilismo o nuevo arte?.
En la misma época que Nueva York ha robado la capitalidad artística a París, en la que Allan Kaprow hace que los participantes de sus happenings sean coautores y en la que Andy Warhol disuelve las fronteras entre los conceptos high y low de la cultura, algunos artistas emplean una revolución similar desde el purismo minimalista de la forma desnuda, oscilando entre la introversión escultórica de la geometría y su expansión arquitectónica. Su meta es engendrar obras que sean un objeto específico, totalmente autónomo, a fin de excluir concepciones pictóricas y escultóricas tradicionales: el arte minimalista, con la muda contundencia de las formas elementales, ejerce una gran repercusión en las nuevas consideraciones sobre el hecho artístico y el papel del espectador.
Un nuevo retorno a la sobriedad y el rechazo ornamental, una nueva investigación sobre la esencia de la geometría en la cultura del siglo XX. Una corriente artística que el crítico Michael Fried llamó Literalism con la intensión de dar nombre a las formas unitarias dotadas de gran fuerza y pregnancia del minimalism. Una aspiración que ya se perfilaba en la field painting de Ad Reinhardt, Barnett Newmann y Frank Stella, pero que ahora opera desde el volumen.
El minimalismo debe evaluarse como una categoría intemporal e interdisciplinaria que se caracteriza por su voluntad de simplificación funcional y conceptual, capaz de movilizar nuevas estrategias estéticas para el arte y la arquitectura. Como una vanguardia, el minimalismo en las artes sintetiza las corrientes abstraccionistas de las vanguardias del pensamiento fenomenológico de Merleau Ponty, quien podría sugerir que el minimalismo de ésta década se afanaba en expresar la presencia carnal de lo elemental en su evidencia perceptiva imponiéndose al espectador con la autoridad de lo evidente. Sin duda, su esencia germinal ha pautado una manera extraordinaria el devenir y el debate de la experiencia artística de nuestro fin de siglo.
Las obras y los artistas más significativos de las ultimas décadas han utilizado el minimalismo como un medio crítico para confrontar el arte y su nuevo papel social, desde la crítica de la representación en el marco de esta radicalidad autorreferencial propiciada por el minimal art.
FUENTE
MINIMALISMO-MINIMALISTA
2006 KÖNEMANN
ARCO TEAM
LOFT PUBLICATIONS
PAGINAS 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33.
ISBN-10:3-8331-2574-8
ISBN-13:978-3-8331-2574-4