#InPerfecciones
La suerte de la Policía Federal está echada, en la mesa de negociación –si es que se da- veremos una realidad que seguramente nos sorprenderá.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
En el ideario nacional la figura del policía no goza precisamente de la aprobación generalizada o lo que se tiene a bien llamar popularidad, es cierto que a lo largo de la historia la policía puede presumir –no para bien- un palmares lleno de irregularidades, corruptelas y abusos, que en materia de opinión pública los deja –junto con los políticos- en los últimos lugares de aprobación social.
Las manifestaciones de integrantes de la Policía Federal, que, inconformes señalan no estar de acuerdo con quedar adscritos a la Guardia Nacional debido al temor de que no sean respetados sus derechos laborales como antigüedad, salario y otras prestaciones, tiene la peculiaridad de mostrar una cara que es poco visible de estos cuerpos de seguridad. En el pliego petitorio en el que se exigen mejores salarios, destitución de mandos superiores, mando civil, no ser evaluados por personal militar, no vivir en cuarteles militares y mucho menos pertenecer a la SEDENA, se ponen sobre la mesa aspectos muy interesantes a evaluar.
Por un lado no podemos perder de vista que después de todo, el personal adscrito a cualquier corporación policiaca es un trabajador común y corriente, es un trabajador del estado, obviamente no estamos hablando de los niveles más altos de las corporaciones, porque si ponemos un ejemplo, si el Presidente no se va a parar al área de urgencias del ISSSTE, pos un alto mando de la policía menos, de modo que se debe tomar en cuenta de donde provienen las exigencias de la Policía Federal, para no caer en el error de descalificar una exigencia ceñida a los derechos laborales, sin tomar en cuenta –para no caer en el prejuicio- el basto historial de abusos y corruptelas que han cometido en contra de la sociedad.
Si como lo sostuvo en algún momento del discurso de campaña, el ahora Presidente que señaló que no podemos olvidar que el ejército también es pueblo, ni López Obrador, ni Alfonso Durazo deben olvidar que los policías federales que no pertenecen a esa élite de policías corruptos y coludidos con el crimen organizado, también son pueblo, tambien tienen derechos, sobre todo a manifestarse y no ser descalificados por el Presidente que señala que su movimiento no tiene razón de ser porque a nadie se le va a despedir, y bajo esa lógica entonces aunque su salario sea muy miserable –por no decir austero- pues al menos deberían estar felices de que no se les liquide si no quieren formar parte de una Guardia Nacional que se anunció muy civil y que terminó siendo muy militar. El seguimiento a la mesa de negociación entre Policías Federales y el Gobierno dejará al descubierto muchas cosas que seguramente nos van a sorprender, pero al final la suerte de la Policía Federal está echada, y el escenario de ingobernabilidad se asoma como siempre en detrimento de la sociedad civil.