#InPerfecciones
Llenar el zócalo, dar cifras optimistas, y recibir los aplausos que alimentan el ego de un político, no es un informe, es pura parafernalia.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Al final del día, el “resumen” de las mañaneras no deja de ser eso, así como tampoco se podía esperar que el Presidente saliera con “otros datos”. ¿Y que podía esperarse del informe del presidente?, ¿qué político se atrevería a dar cifras negativas en marco del informe de su gestión?, en ese sentido podemos estar tranquilos debido a que la tradición política nacional de los discursos altamente positivos se mantiene intacta, las cifras de bienestar, el mensaje de un cambio y la promesa de ser una potencia mundial ni son nuevas, ni deberían sorprender a nadie.
Y mientras el discurso, los datos y la fiesta se llevan a cabo, la infantil discusión sobre quién llevó más gente a manifestarse a favor o en contra del Presidente resulta ser la piedra angular de la reyerta que tiene confrontada a la sociedad civil sobre el régimen de Andrés Manuel López Obrador, por un lado vemos el “cheque en blanco” que los simpatizantes más ortodoxos le han entregado y por otro el reclamo que oscila entre el sectarismo y los datos económicos por parte de los detractores, de modo que lo único que no se hace presente es el debate o discusión de los resultados presentados por el Presidente, no hay análisis, no se está dando un proceso que politice a la ciudadanía, al contrario, hay confrontación y fomento de la descalificación entre ambos bandos –bien lo dijo el Presidente, no hay medias tintas-.
El afán propagandístico de conmemorar la victoria electoral del año pasado tambien es digno de un acucioso análisis, ya que le vuelve a echar gasolina a la hoguera, insisto, lo único que fomenta es la confrontación entre “chairos y fifís”, y aunque ciertamente la historia de la humanidad se encuentra basada en la lucha de clases como lo sostiene Marx, la única parte de la ecuación que no hace escuadra es que aquellos que se encuentran muy ocupados haciendo política para regresarle al pueblo el poder, son los mismos que se criaron con aquellos a los que ahora el discurso presidencial ofrece amnistía a sus abusos en el poder, de modo que eso de que éste gobierno conoce las necesidades del pueblo porque viene de el resulta poco más que ridículo.
¿Primero los pobres? Si, pero ¿primero que? ¿primero mantenerlos pobres con una dádiva para mantenerlos coptados?, si esa es la estrategia, de verdad que da resultados políticos porque adoctrina y recluta esbirros que no están dispuestos ni a debatir, ni a cuestionar. Al final del día ¿qué son los informes de gobierno?, no son más que un catálogo de cifras “optimistas” de los “administradores”, quizá el informe lo tendría que dar la sociedad civil, informar al Presidente de todo eso que el y sus políticos creen que está “requetebién” por la simpleza de llenar una plaza cívica.