#SecretosDeNuestroMexico
“El Chiflón y Lagunas de Montebello, escenarios naturales que roban suspiros y cautivan con sus colores”
Ari Peña
ari.pena@inperfecto.com.mx
¡Hola!
Estimado lector, espero hayas disfrutado la colaboración pasada sobre mi recorrido en San Cristóbal de las Casas. Hoy en esta tercera nota comparto algunos detalles de mi visita a la cadena de Cascadas El Chiflón, una de las más impresionantes de Chiapas y Lagunas de Montebello, área lacustre de gran importancia biológica en nuestro país.
El itinerario comenzó de San Cristóbal de las Casas hasta la cadena de Cascadas El Chiflón que se forman por el cauce del río San Vicente, ubicadas en el municipio de Tzimol, aproximadamente a 30 minutos de Comitán. De esta cadena sobresalen varias caídas, por ejemplo, El Suspiro, Ala de Ángel y Velo de Novia, quizá esta última la más famosa por su forma y altura de 70 metros de caída.
El río San Vicente es una de las principales venas que alimenta la región y enmarca el paisaje de cañaverales, durante el trayecto se contempla el cielo y las tonalidades de la vegetación que atrapan a primera vista.
Desde la llegada al Centro Ecoturístico Cascadas El Chiflón envuelve la combinación de los colores: verde de la flora, azul del agua y marrón del suelo y las piedras…se escucha el agua correr, se respira un ambiente de descanso…
Como amante de la naturaleza no pude perder de vista y la oportunidad para fotografiar algunas especies de bromelias, árboles de sabino, árboles palomillo, chicozapote, cedro, entre otras.
El camino es guiado por un sendero y escaleras de piedra que conduce a las diversas albercas naturales que destacan por su color azul turquesa. Durante la travesía se escucha el canto de las aves y se disfruta de la sombra de los árboles que acompañan el caminar para llegar a la impresionante cascada Velo de Novia.
Te aseguro que entre el calorcito y el azul turquesa te hipnotizarán para darte un chapuzón…
Conforme se avanza en la ruta, se observa la majestuosidad de la Cascada Velo de Novia…lo mejor es llegar al mirador y dejar que la brisa te refresque la cara y al mismo tiempo mirar el arcoíris que forma la caída de la cascada…
En Centro Ecoturístico se encuentra un restaurante, mismo que te recomiendo visitar al retorno de la caminata, quizá tengas un poco de hambre. Sino es el caso y te gustan las emociones, te recomiendo que de regreso en lugar de caminar cerca del kilometro optes por la tirolesa (tiene un costo extra a la admisión al Centro).
O bien, si tu idea es permanecer en el sitio todo un día, te recomiendo llevar tus propios alimentos y hacer uso de las palapas y mesas. En caso de que gustes pernoctar en este escenario natural, puedes acampar o rentar una cabaña que administra la Sociedad Cooperativa del lugar. Ahh…y ahí mismo podrás adquirir algunas artesanías características de la zona.
La segunda parada del viaje fue las Lagunas de Montebello, un lugar que conocía a través de descripciones geográficas, fotografías y relatos de algunos amigos que ya habían estado ahí, con esta referencia fui convencida de que es uno de los sitios más emblemáticos de nuestro país por su belleza, riqueza y diversidad natural y cultural…
Al pisar el territorio del Parque Nacional Lagunas de Montebello recordé que se localiza en la región sur-sureste de Chiapas, en la frontera con Guatemala y comprende los municipios: La Independencia y La Trinitaria en Chiapas, sin embargo me invadió la emoción que decidí contemplar el paisaje y escuchar detenidamente la introducción que el guía local compartía a los visitantes, entre ellas destacó que desde 1959 se declaró su protección con la categoría de Parque Nacional, alcanza una superficie total de 6,425.49 ha, dicha área abarca lagunas costeras, esteros, lagos de agua dulce, ríos y otros cuerpos de agua.
Destacó la importancia ecológica de la zona, por ejemplo la captación de agua y la regulación del clima a nivel regional y la relación con la conservación del corredor biológico que abraza al territorio. Enfatizó que los ecosistemas predominantes son: bosque de coníferas y bosque mesófilo de montaña, los cuales albergan una importante riqueza biológica, que incluye algunas especies protegidas. Asimismo, subrayó que el objetivo es conservar y proteger la flora y fauna que se encuentra en el territorio, por ejemplo mariposas, aves, anfibios y mamíferos.
Seguida de la reseña del lugar, dimos inicio a la experiencia de trasladarnos en balsas de madera, medio de transporte lleno de historia de los locales… fue un momento para continuar con la explicación del guía y para convivir con los compañeros de viaje, sobre todo para coordinar en la “remada”…
Me enteré que el Parque Nacional forma parte del Programa El Hombre y la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), se trata de un Programa Científico Intergubernamental que busca establecer bases científicas para cimentar a largo plazo el mejoramiento de las relaciones entre las personas y el ambiente y también el Parque es uno de los Sitios Ramsar de México, dada la importancia de ecológica de sus humedales.
El guía concluyo su labor en un museo destinado a compartir más sobre el Parque Nacional apoyados de una maqueta, imágenes de la flora, fauna y ecosistemas que alberga la demarcación, aquí me di cuenta de la grandeza del territorio…
Después de la impresionante vista a un par de lagunas, fuimos a conocer el límite de los Estados Unidos Mexicanos con la República de Guatemala, la delimitación se observa mediante una mojonera color blanco y una valla que atraviesa una laguna, e incluso puedes adquirir un quetzal (unidad monetaria de Guatemala) como recuerdo…pero lo que más llamo mi atención fue ver unos chicles sabor cardamomo…primero porque la marca me recordaron la infancia y en segundo porque el cardamomo trajo a mi mente momentos compartidos con una gran amiga degustando chocolates con esta peculiar especia…
Con esta evocación de recuerdos, agradecí al universo la oportunidad de conocer esos rincones del sureste mexicano y la experiencia de viajar en compañía de amistades, como la de mi amigo Eder.
Si tienes planeado ir o ya te dieron ganas de conocer… te recomiendo llevar para tu expedición:
- Ropa cómoda y fresca, calzado confortable y con buen agarre.
- Sombrero o gorra, lentes solares, repelente y protector solar.
- Cámara fotográfica o teléfono celular con suficiente memoria y batería, además de su respectiva funda impermeable para evitar accidentes.
- Algunos snacks y un poco de agua (tu botella o termo será de mucha utilidad en la aventura).
- Traje de baño y toalla, si vas a darte un chapuzón en la cadena de Cascadas El Chiflón. Te invito a hacerlo solamente en las zonas destinadas para ello. Recuerda que si vas a nadar, evita antes aplicarte productos químicos para no contaminar el agua.
Si eres de las personas que les gusta disfrutar el lugar sin visitantes y apoyar la economía local, te sugiero reservar una noche cabaña en el Centro Ecoturístico el Chiflón. Para mayores detalles, te sugiero llamar al (963) 126 81 65 o escribir a chiflont@gmail.com.
Si requieres más detalles de esta aventura, puedes escribir a ari.pena@inperfecto.com.mx
El Chiflón y las Lagunas de Montebello son lugares hermosos por su belleza natural y por ende son sitios recurrentes por el turismo local, nacional y extranjero. Si tienes oportunidad de conocerlos, te invito a ser un viajero consciente y responsable durante tu visita, ya que no solo requirieren conservarse por su belleza escénica sino porque tienen un papel importante a nivel biológico, social y económico. Te sugiero atender a las indicaciones de los guías.
¡Gracias a mi amigo Eder! por compartir esta aventura que formó parte de nuestras celebraciones cumpleañeras. San Cristóbal de las Casas fue el punto de encuentro que nos recibió con los brazos abiertos.
Te invito a que me acompañes en la siguiente expedición, compartiré sobre mi recorrido a dos cascadas sorprendentes de la región de Palenque, Chiapas.
¡Felices viajes!