#InPerfecciones
Al fin que solo son números, los altos índices de delincuencia no importan si el Presidente premia tu ineficiencia.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Las cifras sobre delincuencia en la CDMX son lapidarias, en definitiva parece una situación insostenible, y como no habría de serlo si según el Institute for Economisc and Peace en su estudio Global Peace Index 2018, coloca a México como el tercer país más peligroso de América, y para prueba, simplemente durante los meses de enero y febrero del 2019 cerca de 5,803 personas han sido asesinadas en todo el país, incrementando la tasa de homicidios un 13%.
En la CDMX el incremento de la incidencia delictiva arroja números atemorizantes que dejan la piel fría, ya que por ejemplo, las violaciones aumentaron un 124%, robo a vehículo de un 1.2% en 2018 aumentó dramáticamente en 50.89% en el mes de enero, el asalto a unidades de transporte registra 28 asaltos diarios, el asalto a negocio creció 227%, el robo a casa habitación aumento un 110%, y la cereza del pastel son los secuestros con un escandaloso incremento del 49.6%.
¿Qué está pasando?, ¿hay o no hay una estrategia de seguridad?, en ambos casos es muy probable que la respuesta se pueda responder con un categórico ¿quién sabe?, sin embargo, lo que hace mucho ruido es –como siempre- el discurso político que Claudia Sheinbaum sostiene ante un caso de mucha visibilidad como el del secuestro y asesinato del estudiante Norberto Ronquillo, que nuevamente –como muchos otros casos similares- ha conmocionado a propios y extraños que de inmediato voltean la mirada a las autoridades preguntando –nuevamente- ¿qué está pasando?.
El mensaje de Sheinbaum Pardo en discurso que parece más de campaña electoral que de Jefa de Gobierno donde rebosante de retórica señala que en materia de seguridad y combate a la delincuencia “se le va la vida”, tiene la insultante característica de defender lo indefendible cuando los números y el sentir de la población cuestionan esos “otros datos” y “esas anteriores y muy corruptas administraciones”. Y peor aún es que al no tener refugio donde resguardarse ante la crítica de la inoperante estrategia de seguridad local, tenga que salir en su defensa el mismísimo Presidente de la República para levantarle la mano, y darle terapia de contención al decirle “no estás sola” y regañar a esos “grandulones” que se desviven atacando a la “indefensa Jefa de Gobierno de la CDMX.
Lo malo es que este mensaje que premia a la ineficiencia, tiene un precedente con el Gobernador de Veracruz Cuitláhuac García, al que el Presidente también levantó la mano a pesar tener altas cifras de delincuencia registradas en su estado. Lo interesante será si bajo este patrón lo que siga sea disfrazar a unos militares de Guardia Nacional para patrullar las calles de la CDMX justo como pasó en Minatitlán para que nos vayamos acostumbrando y aclimatando a los militares en labores de seguridad pública.