#RinconesDeMexico
“El volcán Paricutín y las ruinas del pueblo de San Juan Parangaricutiro han llamado la atención de los viajeros tanto nacionales como extranjeros debido a su peculiar origen , no solo es el volcán más joven del continente americano…”
Jessica Ramírez.
turismo@inperfecto.com.mx
¡Bienvenido caminante!
En el estado de Michoacán México, nos encontramos con el volcán Paricutín el cual en la actualidad se encuentra inactivo sin embargo aún podemos ver los restos y escombros de las erupciones del mismo.
El volcán Paricutín y las ruinas del pueblo de San Juan Parangaricutiro han llamado la atención de los viajeros tanto nacionales como extranjeros debido a su peculiar origen , no solo es el volcán más joven del continente americano, sino que también ha sido el único volcán del mundo que el hombre ha visto nacer, en 1943 un campesino que trabajaba en las tierras aledañas presenció el increíble hecho y dio aviso al poblado para su pronta evacuación, el suceso fue tan sorprendente para los habitantes que el presidente municipal hizo que se expidiera un acta de nacimiento para el volcán haciéndolo el único volcán del mundo con este documento, además y por si fuera poco, el paso de la lava del mismo destruyó por completo (entre otros) el pueblo de San Juan Parangaricutiro dejando intacta solo parte de la iglesia y el altar principal, haciendo de este sin duda un lugar singular.
Su popularidad en la última década ha aumentado bastante, ya que reciben diariamente a cientos de turistas por lo que, si planeas conocer las ruinas y el volcán y no quieres toparte con mucha gente en tu camino y sobretodo en tus fotos, te recomiendo que llegues temprano.
Hay tres maneras de llegar a las ruinas, la más común y conocida por los turistas es entrando por el pueblo de Angahuan, se ingresa en auto hasta cierto punto y después se tiene que recorrer a pie o también los lugareños te pueden llevar a caballo por $ 250-350 por persona, a media hora de caminata se encuentran las ruinas de la iglesia.
Sin embargo, nosotros elegimos entrar por el poblado de San Juan Nuevo Parangaricutiro, lugar donde comenzaron de nuevo los pobladores de San Juan Parangaricutiro (ahora también llamado San Juan Viejo), se encuentra ubicado a media hora de Uruapan (capital mundial del aguacate) y a dos horas y fracción de Morelia, la capital del hermoso estado de Michoacán.
Hay señalamientos para llegar a las ruinas de San Juan Viejo, pero si te encuentras perdido los lugareños son muy amables y con gusto te ayudan a encontrar la carretera que te conduce ahí, después de un tiempo en pavimento, la carretera se convierte en un camino de terracería y un poco de grava, a mi particularmente no me pareció de difícil acceso a pesar de la terracería, estaba bastante plano, eso sí tengo que advertirte que en el camino de regreso, encontramos una camioneta con una llanta ponchada no sé si por el camino accidentado o por que llevaba bastantes personas, para que se tengan precauciones.
Este camino se sigue por una hora aproximadamente y se puede visualizar la mayor parte del tiempo bosque no hay casas, negocios, ni gasolineras, aunque si había pequeñas desviaciones que se dirigían (según los letreros) a lugares para la práctica del ecoturismo que en otra ocasión valdría la pena ir a conocer.
Después de un rato, y conforme nos vamos acercando hacia las ruinas, el bosque desaparece y se empieza a observar a cada lado del camino kilómetros y kilómetros de lava petrificada, de un color entre negro y gris y con una textura rocosa pero diferente a cualquier piedra que había visto antes, ver la vegetación mezclándose con los mares de lava solidificada es un espectáculo como ninguno, y me hace preguntarme – ¿Cómo es que se logró hacer el camino por dónde vamos?
En cierto punto el camino se vuelve una “Y”, hay que seguir por la derecha para llegar directo a las ruinas, el otro camino continúa hasta las faldas del volcán para ascender (si quieres escalarlo te recomiendo hacerlo primero y si te da tiempo al regresar las ruinas los locales nos comentan que no es nada fácil y se necesita condición física pero la vista hermosísima; en esta ocasión decidimos solo hacer las ruinas, pero seguro regresaremos).
El camino termina en una curva con pequeña escalinata y un altar pequeño, en este punto pueden empezar a estacionarse y ya hay algunas personas locales esperando a los viajeros para ofrecerte el tour guiado a las ruinas, se ponen desde este punto en primer lugar para llevarte por un camino menos concurrido y segundo para ganarle clientes a los demás guías; si uno nunca ha ido puede caer en el “engaño” de que hasta ahí llega el camino, pero no es así, más adelante y al dar la vuelta se encuentra la explanada principal la cual es el punto de reunión de todos los caminos (aquí encontraras baños y algunos comercios pequeños).
Aparcamos en el primer “estacionamiento”, y un guía nos ofreció sus servicios el cual aceptamos gustosos, vale mucho la pena, por una módica “propina” te guían entre las filosas rocas (tip: lleva zapatos cómodos y adecuados), en el recorrido te platican del lugar e incluso se ofrecen a tomarte algunas fotos con tu propio dispositivo o celular; el camino es obviamente entre las rocas de lava, hay que tener cuidado en donde se pisa, en algunos puntos si necesitas una mano pero nada complicado, el paseo se disfruta sin gente por un buen ratito, sin embargo en cuanto llegas a la iglesia esta se encuentra abarrotada de gente y tráfico peatonal, ellos entraron por atrás de la iglesia pero nosotros, con ayuda de los guías que encontramos en el primer estacionamiento llegamos de frente a la iglesia donde puedes tomarte muy buenas fotos por fuera.
Es increíble ver como la iglesia quedó medio sepultada en las montañas de lava, es un paisaje digno de una postal, la construcción de la iglesia de cantera rosa y la lava ahora también de piedra se acoplan armónicamente como si hubieran sido creadas por la naturaleza juntas, después de dar un paseo por la iglesia, nos guían al altar principal por una pequeña puerta dentro de una bóveda rodeada de cantera y lava, observar como lava llego a los pies del altar del Cristo de los Milagros, asombrosamente, no lo destruyó, como si la lava lo hubiera respetado, es casi poético.
El guía nos lleva de regreso, pero no volvemos por el mismo camino, sino que esta vez, por detrás de la iglesia, vereda que conduce a la explanada principal, donde nos esperan algunas construcciones rústicas, acompañadas de los locales vestidos en sus trajes típicos purépechas, venden comida y artesanías. Después de el viaje desde Morelia y el paseo por las ruinas, unas quesadillas de tortilla de maíz azul de flor de calabaza, huitlacoche, chorizo y carne asada acompañadas de una cerveza fría nos supieron a gloria.
De regreso y para finalizar nuestro recorrido nos dimos un paseo por las plazas del centro de Uruapan y decidimos deleitarnos el paladar tomando un delicioso café en “La lucha” famosa cafetería y productora de café artesanal del estado, también encontramos ahí entre otras cosas licores artesanales como la rara crema de aguacate ¡tienes que visitarlos!
Espero que te animes a conocer el Paricutín y sus ruinas ya que es un lugar en verdad único, espero que decidas ir, aprovecha y conoce más de los lugares hermosos que tiene Michoacán estado de la mariposa Monarca.
¡Hasta la próxima!
¿Disfrutaste de este viaje? Hoy quiero presentarte a Jessica Ramírez, originaria del EdoMex, de padres guanajuatenses y actual residente de Morelia, Michoacán. Contadora de profesión y viajera por pasión. Orgullosamente mexicana, contribuirá al especial Rincones de México, acompáñala los miércoles, cada 15 días, quien al igual que Jessie Gtz, te llevará de viaje, pero a conocer más sobre el bellísimo Michoacán y algunas otras rutas para que quedes maravillado por nuestro México.
¡Gracias por tu preferencia!
Atenea Sánchez.
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