#Arquitectura
El pasado 14 de octubre le dimos el cerrojazo al especial de arquitectura dentro del marco de 1968, En La Memoria de México, sin embargo, este especial no ha terminado con el desenlace de aquellas relatorías.
Carlos Rosas C.
En arquitectura el lugar donde se le da la bienvenida al usuario ha tenido a bien llamársele vestíbulo. Pues bien, en este caso podremos pensar que esto es el vestíbulo de este especial de arquitectura en el que podremos darle una mirada a este oficio que goza de un estatus importante dentro de la percepción de la sociedad en general.
La intención de este especial es irnos introduciendo en el conocimiento de la arquitectura y todas las disciplinas en las que se apoya para la consecución de obras que rayan en lo magnífico, pero también habremos de ver algo de teoría y tendencias con las que también trabaja el oficio de los constructores de sueños, esos personajes que encerrados en sus despachos y detrás de sus restiradores u ordenadores modelan desde pequeños utensilios hasta hitos urbanos que trascienden el tiempo y a las generaciones.
El renacimiento, gótico, barroco, constructivismo, funcionalismo, y otras tendencias que han hecho época con estampas que obedecen a las clases dominantes serán objeto de estudio en estas líneas con las que se pretende acercar el conocimiento y la obra de grandes maestros de la arquitectura que también han tenido vidas llenas de experiencias que sin duda nos harán entender lo que los arquitectos siempre se traen entre manos.
No podríamos entender a un Mario Pani sin estudiar a un Le Corbusier que a su vez no podríamos comprender sin echarle un vistazo a Vitrubio y sus Diez Libros de Arquitectura, sin embargo, no podemos hacer caso omiso de la arquitectura Vernácula de cada región y que nos ofrece soluciones extraordinarias que se han heredado de manera oral por generaciones y que no necesitan de la implementación de grandes avances tecnológicos que han formado parte de la mercantilización de sistemas de confort que bien se pueden resolver con la apertura de un respiradero en la techumbre de una construcción.
El arquitecto es principalmente un decodificador de ideas, tiene las herramientas teóricas y técnicas para trabajar en conjunto con otros profesionales para transformar el entorno en el que se les encomienda intervenir, desafortunadamente el oficio siempre se ha relacionado principalmente con las élites sociales y de ahí en cierta medida la reticencia a solicitar la intervención de un arquitecto para la solución y ejecución de la primer necesidad del hombre que es su hogar. También es cierto que el ejercicio de muchos charlatanes ha dejado una imagen muy desgastada de la profesión, motivo por el cual y aunado a la escases de recursos se prefiera la contratación directa de la fuerza de trabajo de las obras “los maestros albañiles” que paradójicamente se dedican a la construcción de palacios pero que no tienen acceso a ni la décima parte de uno de ellos y que además tienen que padecer el escarnio y discriminación social debido a su aparente poca preparación educativa.
Todos nos podemos preciar de tener algo de arquitectos incluso antes de haber decidido dedicarnos a esta disciplina, porque desde siempre hemos tenido muy claro nuestro ideal de vivienda –casa a dos aguas, ventanas con cortinas, en medio de un gran jardín con un árbol frutal que nos de sombra del radiante sol que cae a plomo- todos tenemos un critico de arquitectura dentro de nosotros, todos tenemos la mejor solución que no se le ocurrió al vecino, todos tenemos algo de Juan O´Gorman, Luis Barragán, Renzo Piano, Zaha Hadid, Toyo Ito, y todos tenemos a un constructivista y a un deconstructivista en coyuntura por el emplazamiento simbólico de nuestra cocina y nuestro comedor.
Bienvenidos a este espacio donde la arquitectura es de líneas InPerfectas, donde la arquitectura no solo es pretensión y mercantilismo barnizado de diseño, bienvenidos al espacio de la arquitectura que tiene teoría, sentido común, ideología y análisis.
#InPerfecto