Abril 5, 2018
Carlos Rosas C.
carlos.rc@inperfecto.com.mx
El mandatario de los Estados Unidos es un tipo muy talentoso en el arte de la provocación que le ha dado buenos dividendos a la hora de manifestar su sentir hacia los migrantes nacionales y extranjeros aprovechando nuestra naturaleza tropical de alto octanaje cuando de recibir ofensas a la familia migrante se trata de parte de un extranjero sobre todo si es gringo y peor aún si es Donald Trump. Resulta escabroso guardar la compostura ante semejantes groserías y necedades de un histérico racista que amaga con el muro fronterizo y habla de despojo a su país derivado de las hordas de migrantes que buscan cruzar la frontera para accesar al edén norteamericano abundante en trabajo, bienestar y sobre todo riqueza.
Por otra parte el desempeño de la Cancillería y la Presidencia de la República ante estos hechos le abona al enojo por la débil actuación del aprendiz de canciller Luis Videgaray y la débil además de servil postura del presidente Enrique Peña Nieto que juntos se diluyen cada que Donald Trump lanza un tweet incendiario y al que solo piden aclaraciones al departamento de estado gringo para qué les expliquen con bolitas y palitos que quizo decir el güerito malhumorado como si no supieran leer -en inglés, claro está, ¿no?- y por supuesto que a propios y extraños les hierve la sangre cuando la respuesta es agachona y temerosa de modo que no se vaya a enojar el patroncito del norte.
La moneda de cambio en que se ha convertido el tema migratorio para la negociación del TLCAN tiene la virtud de exhibir el motivo de tal descalificación y vilipendio hacia los migrantes además del ridículo señalamiento de que México se ha hecho rico gracias a la ingenuidad y buena voluntad de la nación de las barras y las estrellas convirtiéndose en el más afectado a lo largo del tiempo que el TLCAN se ha mantenido vigente.
Al capitulo de estreno de esta serie de racismo, chantaje e intereses económicos se ha incorporado la guardia nacional norteamericana que paso de ser una amenaza a una realidad cuando este miércoles 4 de abril se firmo el decreto para militarizar la frontera con México para cerrar la tenaza entre el chantaje de libre comercio y la caravana organizada por la ONG Pueblos sin Fronteras que logro reunir al menos a 1,500 migrantes provenientes del Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras y que pretendían llegar a Estados Unidos para solicitar asilo ante los altos índices de violencia y pobreza que aqueja aquella región de América Central aspecto que puso frenético al Mr. Trump y exigió terminantemente a su empleado Enrique Peña que detuviera semejante marcha de salvajes o de lo contrario se podría ir despidiendo de la presencia gringa en el TLC.
El plan de vuelo ha cambiado y la ONG declaro que el objetivo ya no es mas la frontera norte sino la Ciudad de México y que los migrantes que lo deseen pueden seguir hasta los Estados Unidos pero por sus propios medios porque “dijo mi mama que siempre no”, dejando en situación de incertidumbre a los migrantes so pretexto que muchos de ellos pretenden quedarse en nuestro país a buscar un mejor futuro, aunque parece que no les han avisado que de esos altos índices de violencia y pobreza también aquí tenemos y que además ahora se tendrán que enfrentar a esa reminiscencia racista que también nos caracteriza cuando se le rinde pleitesía al güero de ojo azul y se le mienta la madre al indio bajado del cerro, total, que importan los insultos y el desdén cuando para darnos a respetar tenemos a los especialistas en diplomacia para defendernos.