#Editorial
Marzo 13,2018
Carlos Rosas C.
carlos.rc@inperfecto.com.m
Existe en México una forma peculiar de juzgar las cosas mediante el infalible método de la miopía práctica que permite de manera rápida y sobre todo muy cómoda obtener respuestas, y es que somos tan barrocos que abusamos de la floritura para llegar a lugares insospechados donde la verdad siempre termina siendo un supuesto.
El escándalo que provocó la nota roja el pasado 23 de febrero en el campus de la UNAM donde una reyerta entre narcomenudistas deja un saldo de dos muertos, vaya que ha levantado ámpula y vuelve a poner el dedo en la llaga sobre la autonomía de la máxima casa de estudios donde propios y extraños se han trenzado en la discusión sobre la urgentísima incursión de las fuerzas del orden publico a la UNAM y otras voces que señalan la importancia del respeto a la institución como un espacio abierto a la libertad, el saber, la democracia y el respeto a la normatividad universitaria.
Es muy fácil entramparse en el tema entre la autonomía de la máxima casa de estudios y la exigencia de la intervención del orden publico al campus para atacar el tema del narcomenudeo ya que no es un tema que sea nuevo ni imposible de llevar a cabo puesto que en febrero del año 2000 las delicadas fuerzas de la extinta PFP se dieron vuelo deteniendo estudiantes como si se tratara de la profesional delincuencia organizada a solicitud expresa de las autoridades de Rectoría encabezada en ese momento por el Dr. Juan Ramón de la Fuente de modo que todo el ruido de los medios impresos y electrónicos han hecho de la universidad la nota amarillista de la semana rasgándose las vestiduras mientras señalan como causante supuesto de este problema la displicente seguridad de la UNAM derivada de la mal entendida autonomía a decir de los medios cuando este asunto de raíz proviene del fracaso de la implementación de la estrategia federal contra el narcotráfico.
Tal parece que el concepto de autonomía provoca comezón desmedida a los medios impresos y digitales cada que se suscita un problema en el campus universitario porque de inmediato se desatan los lloriqueos y llamados a la instauración del orden en aquel paraíso donde prolifera la anarquía cuando se deja de observar que la legislación universitaria acota perfectamente el tema de la autonomía sin que sea necesaria la descalificación hacia la institución donde las inconsistencias en cuanto a la actuación de la rectoría no tienen que ver exclusivamente con la seguridad del campus.
La Universidad es un actor de la vida nacional que ha sido testigo y protagonista de grandes logros que se han visto opacados por los constantes señalamientos mediáticos que se han encargado de manera mordaz de poner en tela de juicio la coherencia de la institución cuando hablan de los ridículos 20 centavos que se cobran de manera simbólica a los estudiantes o cuando señalan de manera burlona que el promedio mínimo para acceder a la educación media superior es de 7.
A los medios y eruditos lideres de opinión se les olvida poner en la mesa el tema del creciente numero de rechazados que la UNAM hace cada año debido al recorte de matricula por concepto de recorte presupuestal porque parece no ser tan ridícula la idea de la privatización de la educación para volverla tan elitista como sus opiniones porque también se les olvida que la universidad la hacen los estudiantes a los que les encanta señalar de manera cobarde detrás de sus grandes audiencias y sus moralinas de adultos paternalistas. Me pregunto si en realidad quieren que la educación en México sea de excelencia y para todos o solo quieren una excelente nota muy escandalosa.