#Editorial
Marzo 1, 2018
Carlos Rosas C.
carlos.rc@inperfecto.com.mx
¿Como debemos entender los acontecimientos que se dan a nuestro alrededor cuando los males se vuelven crónicos? ¿es imperativo pensar si algo esta pasando que no estamos advirtiendo?, ¿en que momento debemos de pasar de la risa o indignación a tomar con seriedad estos eventos?.
Durante la administración de Enrique Peña Nieto hemos sido testigos de las cosas mas sorprendentes como ridículas en cuestión de falta de organización, inteligencia y demostración de aptitudes que nunca antes nos hubiéramos imaginado ver, y es cierto que hablando en términos de humanidad ninguno de nosotros se encuentra exento de cometer un error sin embargo cuando vemos el esmero y disciplina con la que se cometen las pifias tendríamos que cambiar la visión para que de una forma un poco mas suspicaz podamos leer entre líneas lo que pasa ante nuestros ojos.
Durante los años dorados del priismo la forma lo era todo, en discursos, inauguraciones, giras y demás eventos donde el presidente era requerido para hacer los honores la logística se encargaba de hacer ver al líder del ejecutivo como un personaje omnipotente y con un grado de perfección que no dejaba lugar a dudas quien estaba al mando independientemente de que las cosas fueran como han sido siempre donde entre las promesas y los hechos hay un abismo inconmensurable.
Que tan importante resulta que el presidente tenga en su haber muchos libros leídos o si la pronunciación de su ingles sea extraordinariamente clara o si la demostración de su conocimiento en aritmética le da para saber cual es el resultado de 1+1, incluso ver que su nivel de manejo del lenguaje o de la geografía es deficiente o nulo. Es importante porque estamos mas centrados en la forma que en el contenido y claro que resulta increíble ver que un sujeto que da cátedra de estulticia es el representante del país y que muy probablemente el concepto en el que tienen a México gracias a este señor es en la escena internacional de lo mas vergonzoso.
Ver el pasado 24 de febrero durante la ceremonia de conmemoración 197 aniversario del día de la bandera con sorpresa como el lábaro patrio fue apareciendo de cabeza desato una serie de especulaciones que oscilaron desde que era un acto de protesta del ejercito nacional y una serie de conjeturas que en algunos casos fue de lo mas amarillista y en otros hasta las lagrimas de risa donde aparentemente la incapacidad del presidente ya permeo a las fuerzas armadas que han sido siempre muy cuidadosas con lo referente a los símbolos patrios, y de buenas a primeras un error de esta magnitud no es inteligible.
Si por mero ejercicio de especulación ponemos bajo otra perspectiva a EPN y lo dejamos de ver como presidente de la republica para verlo como un simple administrador o gerente de las políticas económico-financieras de los organismos internacionales nos vamos a sorprender de sobremanera porque con todo y su incapacidad las reformas estructurales han sido implementadas mientras la supuesta oposición desgañita en su contra y sus aliados le hacen caravanas sin que los intereses de la sociedad se vean representados y mucho menos respetados aprovechando la coyuntura que provoca no solo la desigualdad social si no también la excesiva observación de las buenas formas irrespetadas que solo nos hacen dar palos de ciego.